viernes, 17 de febrero de 2023

Paráfrasis del poema "Al príncipe"

 Ma per colpa anche di questo nostro mondo umano,
che ai poveri toglie il pane, ai poeti la pace.

Pero por culpa también de este humano mundo nuestro
que quita el pan a los pobres y la paz a los poetas.

(Pier Paolo Pasolini – Al Príncipe - Variación - F. L. León)

 

 



Si se oscurece el sol y nunca vuelve,
si los caminos pierden
su propio curso
y no ofrecen salida,
si aparece la culpa con su paso renqueante
y me recuerda el daño que he engendrado,
confesaré que nunca había temido
a la muerte
con la desesperación de un loco perseguido,
con la ingenuidad temible que acosa a los poetas.

Confesaré que tuve lo más deseado
y no supe distinguirlo confundido por los sueños
y no pude abrigarlo cuando caía la noche,
pues luché amargamente
por el aplauso pasajero
y trivial que confundía el cardo con la rosa
cuando tenía en las manos la poesía y el amor.

Ahora tengo tiempo pero me falta la paz,
queriendo huir de mí mismo voy de un sitio a otro
sin aprehender nada nuevo en el camino,
sin escribir los versos que recuerden
mi paso por este marco que hierve en la memoria
que ya no será mía,
ya no persigo hallarlos en los pétalos marchitos de mi alma,
ni prendidos al viento que muere con la tarde.

Apartaré mi voz
sin dejarla abierta en la herida que tiembla
escondida en un recuerdo luctuoso y ardiente,
sin esperar que fluya
en las ramas del tilo que brilla en primavera,
sin poder transcribirla por culpa de mi mente
que no quiere encontrarla si no es para el cuidado
que no vi
cuando ascendía a los abismos,
que no sabe llamarte y aún en la sombra hiere.
Apartaré mi voz para que tú la abras
en el recuerdo tierno que tengas de mi amor.

Si oscurece el sol, si la sombra brilla,
si la vida no ofrece
más que un único camino minado de reproches
y lamentos,
si la ingenuidad lleva a la muerte
a quien cree con los ojos cerrados
en la bondad primigenia de los hombres,
si las huellas volvieron con las quejas y sin el pan,
confesaré que el destino se burla sin piedad
del sueño legítimo y necesario de los pobres
y masacra sin desvelo
el delirio pueril y tierno de los poetas.
 
 
 
 
 
 
    Quizás la verdad no exista, Mitsy, pero nuestra obligación de hombre nos obliga a buscarla. He sido seducido por los temas recurrentes en la poesía de Pasolini, por la pasión que los acometía. Mi niñez transcurría cuando el alcanzó la madurez que lo ha convertido en un clásico, él hablaba del recuerdo pero miraba hacia delante, se exigía una coherencia que lo diferenciaba de la masa neutra que surgió del Desarrollismo, ésa que hace que en mi país tengamos el presidente elegido por dos partidos corruptos, que ha perdido el lirismo hasta el punto de que el poeta no dice que lo es con orgullo, sino con sentimiento de culpa, lo siento así. Es necesario asumir la contradicción para que nuestros versos aunque no sean verdad lo parezcan, solo en el propio castigo de una conciencia severa y un mirarse hacia dentro hallamos la confirmación de que estamos vivos, el arte es la pasión que nos distingue a los occidentales, en él conseguimos el éxtasis cuando solo nos queda el amor, aunque el camino sea un tormento.

   
 
     Pasolini fue, sin duda, la figura más controvertida de la cultura europea del Desarrollismo y la avenida del Consumismo fatuo y descontrolado, por el rechazo que le producían las nuevas costumbres traspasó los límites de la poesía y aprendió a ser ese hombre que no veía más que sombras en el recuerdo de la luz. En el punto de mira de los nostálgicos fascistas y de los democristianos hipócritas que le tildaban de revolucionario, no le faltaron ataques por parte de sectores de la izquierda que solían tildar de reaccionarias algunas de sus sorprendentes declaraciones.
 
    Cada comentario es un reto, Óscar, y no siempre tengo las mismas fuerzas para afrontarlo, sé que poco a poco me he ido alejando de las pretensiones un poco alocadas e incluso un tanto narcisistas, según algunos criterios a los que tengo mucho respeto, de los primeros momentos y soy consciente de que cada vez toma más cuerpo de diario aquello que, en un primer momento, solo eran palabras de agradecimiento. Siento deseos de advertir a los demás sobre la pertinencia de tal o cual poeta; pienso que el olvido en el que se ha sepultado a Arturo Maccanti es lacerante y absurdo, que el estupor y la controversia, incluso entre personas que escriben poesía, que ha supuesto la concesión del Nobel a Dylan no pueden ser más desafortunados. Pasolini sigue avivando la polémica en Italia, ha estado presente en la línea de salida de otros poetas reputados (con Fabrizio De André a la cabeza), para los más exquisitos ha sabido escapar, hasta cierto punto, de su aparatosa muerte. Hablando tanto de Europa, a través de lo que veía en su país, no ha encontrado como poeta el eco que merece en otros países, España entre ellos. Algunas de sus proclamas lo emparentan intelectualmente con algunos espíritus libres a través de los tiempos. Desde mi punto de vista pienso que habría que leer sus escritos para conocer su agonía creadora llena de vida, y obviar un poco sus salidas de tono en las entrevistas, muchas de ellas radiadas o televisadas y en las que hacía temblar al oyente por el contraste entre aquella lengua tan dulce, aquel tono que sometía a la belleza y aquellas palabras crudas, desafiantes y apasionadas con las que pedía justicia, y con las que, a veces, se equivocaba.
 
  
 
     Creo que es importante, Mitsy, distinguir entre humano y humanista al hablar de nuestro mundo, está claro que para el polifacético autor boloñés no son siquiera conceptos parecidos, el poeta había sido devorado por el hombre, la metáfora había dejado de ser un fin, ya no habría un culto a la belleza por ella misma, una y otra serían utilizadas siempre que tuvieran un sentido ético en la tradición socrática de la enseñanza.

    Cuando Pasolini escribe "Al príncipe", creo que en 1962, aún le quedaba mucho por decir, cuando muere ya había dicho todo lo que consideraba importante. No conozco bien su última película, ni su novela inconclusa, pero creo que en la poesía tenía pendiente escribir muchos pies de página y embellecer y precisar lo que ya había escrito.

 
 
    Creo que el poeta europeo más importante de los primeros años de nuestra era debe ser conocido, no acertó en todo, nadie lo hace, pero identificó con lucidez casi todos los males de nuestro tiempo. Volverle la cara a Pasolini si se escribe poesía y se habla de nuestra realidad es como formar un grupo de pop-rock y no querer saber nada de Los Beatles.
 
 
    Aunque sea imposible, hablamos de la época que desembocó en el Mayo francés, puede ser un reto que hablemos desde el punto de vista de otro. Creo que como intento condenado al olvido, quizás lastrado por su aparente arrogancia, no está nada mal. Pienso que debemos atrevernos en la búsqueda que, quizás, nos lleve algún día a sorprendernos a nosotros mismos.
 
A veces uno piensa que ha sido vencido` por el mundo, Ricardo, que ya no tiene fuerzas para oponerse a aquello que lo soliviantaba, que la mayoría no desea un mundo justo, así comprobamos que un hombre justo es un sujeto raro y que un poeta es un excluido social por su propia condición, porque no sabe dónde se encuentran los pobres, porque nunca ha podido repartir el pan, porque apenas conoce la paz cuando opta por un verso comprometido.
 
 
Marius Gabureanu escribió: Mié, 20 May 2015 21:40 No temer a la muerte es lo que hace escribir, entre otras cosas. Enrique, es un poema duro, que resiste a sus propios abismos para revelarnos el destino del hombre y a la vez del poeta. Me ha gustado mucho, porque no muchos sabemos estudiar al alma, pero en tus intentos ( y cuando digo intentos quiero especificar que yo considero la poesía un intento, quizá de huir de uno mismo, todavía no lo tengo bien claro) hay siempre una sinceridad poética digna de aplaudir. Recibe mis abrazos sinceros.

No he llegado a discernir la razón o las razones por las que escribo, Marius. Siguiendo a Kafka te diría que es porque tengo miedo, nada me asusta más que la muerte o el sostenerme, sin más, en el tiempo. Sueño, apartando el pensamiento, que no hay un sueño eterno. Aquí estoy, con la vida resuelta, pensando, con voz temblorosa, en el momento en que me desenvuelva, sin saberlo, en la fosa común del olvido.

Josefa A. Sánchez escribió: Vie, 22 May 2015 2:19 Un poema de ritmo envidiable que mantiene el tono lírico en toda su extensión. Temer a la muerte sería tanto como temer a la vida y el poeta pasa el tiempo en esa lucha de avanzar a través de la vida armado con la palabra, pese a la posibilidad de la derrota. Me ha gustado mucho.

    No me asusta la derrota, Pepa. He sido derrotado muchas veces en mi vida. Lo que me desespera es que de una última derrota se deduzca las futuras, que puedas llegar a sentir que, de ahí en adelante, no te quede otra imagen que la derrota. Envejecer no es una Arcadia oculta, es chocarse contra el muro de las limitaciones, sufres por dentro e imaginas que puedes volver a echarte a la mar, que puedes subir las redes a reventar de peces, que sigues siendo el muchacho perdido que le hablaba al viento de Poniente, pensando que el ocaso estaba muy lejos todavía.
 

 
Pablo Ibáñez escribió: Vie, 22 May 2015 9:30 Enrique,

    Me ha encantado este poema, amigo. Me gusta mucho la entradilla de Passolini, la inspiración del poema que reflexiona sobre la aspereza de este mundo que "quita el pan a los pobres y la paz a los poetas" y del que el príncipe -el gobernante, el príncipe de Maquiavelo- puede ser muy responsable. Partiendo de esa referencia construyes un poema muy completo en el que vas repasando las circunstancias por las que al narrador-poeta le fue y le es complicado crear. En la primeara estrofa parecen circunstancias externas: caminos que se pierden , la culpa con su paso renqueante, la ingenuidad temible. En la segunda, la propia torpeza o pereza: tuve lo más deseado y no supe..., luché por el aplauso pasajero cuando tenía... En la tercera desembocas en un presente en el que ya parece tarde: tengo tiempo pero me falta paz, ya no persigo... Y en las dos últimas rematas el tema con una cierta desesperación: apartaré mi voz..., si la ingenuidad lleva a la muerte...

    Todo junto hacen un poema muy completo, muy ordenado, en el que haces al lector avanzar cronológica y lógicamente, sin renunciar en ocasiones a inventos metafóricos, pero de riesgo controlado. Lo llevas además con un ritmo de largo-corto que a mí me gusta mucho. ¿Qué decir? Tal vez el poema se alargue un poquito demasiado. Tal vez no estaría mal condensar las dos últimas estrofas a modo de conclusión en una sola.


    Es muy difícil reducir un poema, alargarlo es, relativamente, fácil. La reiteración es buscada, pienso que tengo un alma de artista (bueno o malo), que he llegado a estropear problemas, pero no siempre ha sido así; he logrado mejorar poemas buenos.

 
 
     Tenemos muchos testimonios de la acividad pública de Pasolini, Roxane, en ellos podemos percibir el impulso de una inspiración y pensamiento que fluyen espontáneamente, percibimos sus contradicciones al pensar, de repente, en algo que no había pensado con anterioridad. Era un ser humano en búsqueda continua, un ejemplo de vanguardia pura expresada con una actitud surrealista, clásica y naturalista. Quizás debió decir cuando le preguntaron por su oficio que era un entrevistado que nunca sabía lo que se le iba a preguntar y no eludía ninguna cuestión.

Marisa Peral escribió: Mié, 25 Jul 2018 12:09
    Creo que algunas veces se vive tan deprisa, tan intensamente, que cuando pasa el tiempo no somos conscientes de lo que se ha vivido y tal vez nos cuesta confesar, o no, si todo lo disfrutamos plenamente.
    Perseguir nuestros sueños es una obligación, así que, aunque ya lo tengas conseguido sigue buscando, poeta, siempre hay cosas nuevas por descubrir.

Te entrego Pier Paolo el testamento
del hombre que se acostó la siesta esta tarde
con una herida difusa y acechante
que ya no le duele nada
porque ha despertado con el pensamiento firme
de ser distinto sin abandonar uno solo de sus sueños,
una sola de sus convicciones más sentidas.


    Solemos pensar, Marisa, que hemos vivido poco o que no hemos sabido vivir, la niñez es el último refugio, la última vez que el tiempo corría lento y era dichoso. al respecto Brel lo tenía claro, abrigaba el pensamiento de que la niñez era un sueño del que no debíamos despertar aunque tuviéramos 50 años. El cantante no llegó a ser uno de esos agobiados que llenan una estación, no pudo comprobar que la vejez era aquello a lo que tanto temía.
 

Ana Muela Sopeña escribió: Jue, 13 Oct 2022 15:14 F.Enrique:

Con un ritmo envidiable nos adentras en la cartografía de los sueños, el miedo, la derrota, el devenir, la poesía...

Escribir poesía es decir sí a la vida y escapar de las sombras de lo anodino.

Enhorabuena por este poema luminoso a pesar de su latente oscuridad.



a ti que vivías arrastrando los pies
para sentir el olor prístino y sensitivo de la tierra,
que no soñabas
por miedo a despertar en un lugar donde solo tuvieran cabida
los ángeles y los demonios,
(Epístola a Pier Paolo)

*** *** ***

cuando aparezca en tu cuaderno
la proclama que hierve en la frente de un profeta
abandonado y muerto
en el misterio corrompido de una playa violenta,
(Llanto por dos poetas)

    Cada día, Ana, me cuesta más trabajo hablar de lo que escribo y me siento más cómodo hablando de lo que me gustaría escribir. Pienso que este poema sería distinto si lo escribiera ahora, que estaría más lejos de ser una hagiografía; es complicado no caer en ella cuando hay una admiración sincera. José Agustín Goytisolo no pudo deshacerse de ella cuando esbozó una corta biografía de Pavese para dar paso a las traducciones de sus poemas; no habló de la misoginia sentimental del escritor turinés y se olvidó de casi todas las mujeres de su vida. Estoy seguro de que José Agustín era mejor persona que yo y no arremetió con los puntos más oscuros de la vida de un hombre transparente y auténtico como fue Cesare.
 
 

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