Tras
la muerte, las flores están tristes
y
susurran en tu tumba
coplas
de amor sobre la hierba herida.
Te
llegará el quejío de los montes perdidos.
y
el canto del pájaro ciego
que
enmudeció en las Cuatro Higueras.
Siguen
su curso las alas del recuerdo,
las
manos de la noche,
las
ruinas de los templos,
solo
puedes decir que eres pasado
como
la muchacha de una estela ateniense
que
tuvo un nombre,
un
epitafio y una fecha
escritos
por aquellos que la amaban
o
la niña que fue y se perdió en la fuente.
Es
inútil llorar cuando la muerte se acerca
y
te mira a los ojos
como
lo hacía
en
tu candor de niña ,
cuando
el infierno era un lugar
que
convertía tus errores en pecados mortales.
27-29/05/2007
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.