viernes, 17 de julio de 2015

En la encrucijada






Me miraste a los ojos  como si fueras vida
y tu aliento guiara la lengua de los astros.
Ya no soy joven, vuelvo
como un fantasma errante
que persigue el acento que tuviste en la aurora
como si fuera fuente que nunca detenido
manara en los deseos de un ansia indescifrable.

Me miraste en el cielo  y los dioses sin nombre
nos dieron una nube para rimar caricias,
cayeron los destellos  en la herida que vuelve
siempre con tu mirada, noche abierta y en calma
que me tiembla en los labios
al pronunciar tu estrella y llamar al destino,
y me duele alejarme
del hombre que te amaba con anhelo y candor
en la ruta y el monte que guardaban las vías,
sin cortinas la tierra nos dejaba su aroma
y el velo de su olvido para cruzar los puentes.  

Fuiste mía en silencio un instante sin pausa,
te miré a los ojos como si conociera
la sed de tu garganta, de tu alma el empuje,
y el valor de tu orgullo doliente que esperaba
la gesta y el milagro vivo de mi sonrisa
acosada en el verde muro de los fracasos.

Fui tuyo ¿no te acuerdas?
¿no arrancas de tu mente que indaga en el pasado
las raíces que huyeron de flores de mi infancia
para sembrar tu orilla que guardaba los versos?

En el patio extraviado, en la calle sin luces
quedó un niño sin habla
que te pide el secreto que entonces le arrancaste
de noche entre las velas para dormir sin sueño.

Fui tuyo, nuestro encuentro
arroparon romeros sin savia ni destino,
vuelos de mariposa cerca de la bodega
te hablaron de mis tardes entre la siempreviva
que dormía en tus manos.
Sin saber que existías reconocí tu rostro,
en los caminos bruscos que teje la fortuna
te amé con la locura de un buscador sin norte.

Fui tuyo, lo que tuve lo tuvieron tus brazos,
y sin pensar te di
más de lo que tenía;
lugares y misterios que nunca imaginaste,
madrugadas que hablaban por ti mientras soñabas
y llenaban tu isla de palabras y flores.

Fuiste mía en el aire
de un instante perdido
que siempre sabe dulce en la voz del recuerdo,
te adentraste en mi alma como estela que sigue
prisionera en la luna de los besos del alba.

Fuiste mía y no pude saberlo ni vivirlo
pues tu rostro tejía la amargura temida
por cualquier erosión  de tu mundo soñado,
y emergía tu dueño
que siempre violentaba  la hora del amor
tierno que navegaba por el mar de las dudas
hacia la encrucijada de tu amargo lamento.

Aún te veo vagar por aquellos caminos,
vuelvo a sentir la huella de la noche en tus ojos.
Lucho por tu sonrisa
en senderos de piedra, en rampas sin descanso
y es tan duro seguir cuando apartas la cara,
cuando hablas de vida
y piensas en la muerte.


(Publicado el  5 de Enero de 2014)

6 comentarios:

  1. Estimado amigo, me alegra ver que vuelves por tu blog tras unos meses sin publicar nada. Y la alegría es doble porque me encuentro con un poema sublime, de esos que uno no se cansa de leer. La nostalgia lo llena todo y sin embargo los versos parecen actuales, de ahora mismo, tal es su fuerza.

    Ha sido un placer volver a leerte, Enrique.

    Te deseo un año cargado de días alegres y dichosos.

    Un abrazo.

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    1. Estas palabras tuyas me llenan de alegría, Jerónimo. Es cierto que llevo un tiempo casi de silencio y que necesito encontrar sensaciones que tuve, nada mejor para ello que seguir en contacto con personas que siempre habéis estado ahí. Por supuesto que te deseo lo mejor y que sigas con esas ganas de transmitir sentimientos.

      Un abrazo.

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  2. Muy buen poema y muy original, es como una historia de amor contada por entregas y con una voz particularísima, sí, muy peculiar. Un cordial saludo.

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  3. Perdí el comentario que tan concienzudamente te había escrito y, ahora, sin pensarlo ¿Para qué quiere un poeta un cerebro? te doy las gracias, Marianueva. Hay que saber disfrutar de estas visitas que se tienen de vez en cuando.

    Un abrazo.

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  4. Me encanta el poema y el ritmo que tiene que en ningún momento pierde intensidad. La queja amorosa continua que encierra, ese aire tan nostálgico que se mantiene desde el comienzo y tu búsqueda de ls luz muestran el alma de poeta que tienes y que hace que describas con increíble fuerza y belleza esos sentimientos cargados de emoción. No deja nunca de asombrarme la facilidad que tienes para convertir palabras tan usuales en poesías tan hermosas. Me gustó mucho recorrer vada uno de los versos y emocionarme con esta historia de amor hecha poema.
    Estoy encantada vover a leerte.

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  5. Es curioso, Beatriz, que se vaya haciendo habitual que te nombre o que diga tal o cual cosa la dice Beatriz, o que te cuente entre mis amistades, yo que no he tenido otra vocación que equivocarme. Te reirías seguramente si supieras lo que he llegado a pensar de ti, pero mientras tanto no puedo evitar sentirte siempre de mi lado y eso es importante. Este poema fue muy agradecido, quise rescatar "lugares que recordaré toda mi vida" y lo encuadré en un apartado que llamé "Vuelta a la nostalgia", éste y Lluvia de primavera han recibido elogios y ha quedado un poco relegado Visita a la isla, poema en el que reflexionaba sobre mi vuelta a la poesía de siempre y aquellos discos que escuchaba.

    Un abrazo, Beatriz, gracias por el privilegio que me das de tenerte de interlocutora.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.