Mañana
no seré yo,
será
otro el verdadero.
(Miguel
Hernández).
No
sabré ni llorar
al
recordar tus ojos
que
tenían el encanto,
la
brisa de la espera,
la
aurora sensitiva
de
tus primeros sueños
el
filtro transparente
de
tu verdad primera.
En
estas olas y estos pensamientos
que
me llenan de ti sin despertarme,
deteniendo
tu rostro humedecido
y
la palabra adiós sin pronunciarse.
No
sabré ni llorar
para
que me recuerdes
en
la última brisa
que
inunde la Almadraba,
para
ser de tu pelo,
tus
uñas, tus vestidos.
para
ser el amante
que
se recuerda siempre.
Ya
sé que no te tengo
aunque
cada mañana
te
digas que eres mía.
¡No
soy a quién quisiste!
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.