viernes, 14 de octubre de 2016

Tu mirada en la cruz

Entre las flores nuevas que no supe enviarte,
entre los verdes trigos 
sigue firme la aurora como un sueño de luz
que acaricia la calma cuando llega tu imagen
de la playa a la orilla y se adentra en el mar.

Sigue abierta en tu rostro la primera sonrisa
entre cañas y montes que cubren los paisajes,
entre pájaros tercos que cantan al mañana
y te llevan la espiga de un vuelo enmarañado
para sembrar laureles
de un sentimiento íntimo instalado en el alma.

Eres como los astros que ahogan el olvido,
brillas entre los muertos para que no se pierdan
como un árbol que llora la tristeza del mundo,
una sombra que siente
entre los farallones de un antiguo poema
de asonancia sentida en tus labios de sal,
eres como ese barco
que nunca encontró puerto en las rutas vacías
y busca sin descanso tu mirada en la cruz
para sentir que muere
el peso de una culpa,
entre libros gastados y un mástil desteñido
penetras en el vientre de una esperanza incierta,
porque nunca te rindes ni niegas el pasado.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.