Dejas en las arenas el
rastro de un recuerdo
que vibra acompasado
en la huella del alma
plena que no se pierde
en revistas que llegan vestidas
de fracaso,
ilusiones sin voz que
gritan en el muro
donde esperas que vuelva
mi nombre entre las piedras,
y dejas la distancia que anidó en el camino
de tu olvido a mi alcoba
con el reproche inquieto
de una amante exiliada
que borda los deseos de
juventud perdida
cuya camisa sigue
latiendo en una llama .
Entre las flores nuevas
que no supe enviarte,
entre los verdes trigos
sigue firme la aurora
como un sueño de luz
que se adentra en la
calma cuando llega tu imagen
de la playa a la orilla y
alienta los encantos.
Sigue abierta en tu
rostro la primera sonrisa
entre el mar y los montes
que cubren los paisajes,
entre pájaros tercos que
cantan al mañana
y te llevan la espiga de
un vuelo enmarañado
para sembrar laureles
de un sentimiento íntimo.
Eres como los astros que
ahogan el olvido,
brillas entre los muertos para que no se pierdan,
como un árbol que llora
la tristeza del mundo,
una sombra que siente
entre los espigones de un
antiguo romance
de asonancia sentida en
tus labios de sal
eres como ese barco
que
nunca encontró puerto en las rutas vacías
y buscas sin descanso tu
mirada en la cruz
para sentir que muere
el
peso de una culpa,
entre libros gastados y un
mástil desteñido
penetras en el vientre de
una esperanza incierta,
porque nunca te rindes ni niegas el pasado.
porque nunca te rindes ni niegas el pasado.
15 de marzo de 2015
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.