viernes, 21 de octubre de 2016

El Fajador


A Pepe Durán, un hoplita desarmado.


Mi niñez en una urna
donde no puedas tocarla,
donde se recluya el aire
que no rozaran tus labios.

Jueves de corredor 
contra las cuerdas,
fajador que bascula
 en la ceguera,
cumbre de soledad
 en la cintura,
golpe que no penetra
 en un rostro dormido.

No toques mi niñez,
 no abras el misterio,
déjame naufragar 
sin tu dios, sin tus mares.

Que me acoja el dolor
 humano de los vivos,
que me lleve la suave
 tristeza de los muertos.


(Abril - 1998)

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.