jueves, 13 de octubre de 2016

Verano 1977


Entre los vendavales que sufren tu agonía
 apareces vestida
 como un sueño de luz que se impone a la muerte,
eres la rosa errante que no sigue a los vientos,
eres como el silencio que triunfa en el olvido
con palabras escritas en una servilleta
guardada en el bolso
de la fotografía que inunda tu sonrisa.

Eres como la huella profunda de la playa
que juega con los niños mezclados con las olas,
 como la noche intensa de las sillas con nombre,
murmullos y misterios,
como todos los huecos que llenan el vacío
eres como el verano que llegó una mañana
apenas florecido y siempre reverdece
cuando pienso que tú no has perdido los lazos,
sufriste mi dolor, me amaste en la derrota.




                                              14 de marzo de 2016


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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.