Yo en este rincón
adonde no llega
el aire que he buscado con ansia y sin descanso
el aire que he buscado con ansia y sin descanso
pensando en la amargura
en las lenguas que
insisten, en esta tierra mía,
cansada de
llorar
por quienes la
llenaron de elegancia,
en cegar al jilguero
que no aprendió a volar
y cayera en agosto,
encadenar el llanto
del hombre bueno y libre,
desenterrar las
flores, apagar las estrellas,
marchitar el encanto
de tu perfil, tu acento,
despojar a los
santos de su mensaje íntimo
y masacrar la rosa, los labios del poeta.
y masacrar la rosa, los labios del poeta.
"Yo en este rincón adonde no llega el aire..." este arranque llena todos los espacios del poema. A partir de él la amargura se va mimetizando en sus distintas formas...la tierra que llora su pasado, el jilguero caído...
ResponderEliminarQué bueno regresar a tus letras, querido amigo. y disfrutar de esta hermosa cadencia de imágenes que llenan tus poemas. Siempre es un placer, Enrique, no me cansaré de decírtelo.
Un fuerte abrazo.
Me satisface que seas precisamente tú quien me haya dejado este mensaje tan alentador, Toño. Es un poema largo que ya tenía escrito y publicado y al que me he propuesto limarle asperezas. A veces pienso que es más difícil corregir un poema que escribir uno nuevo. Además está Lorca por medio y eso exige demasiado dada su popularidad y los tópicos que se han consolidado sobre su persona. Solo puedo ser sincero y reconocer que puedo haberme equivocado. Han caído muchos mitos y los que persisten nos lo han ido vistiendo de ropajes extraños y llamativos.
ResponderEliminarGracias, Toño, me quedo con tu sonrisa.