miércoles, 5 de julio de 2017

Leonard Cohen; hablemos de mitos, desterremos la mitología.



Well my friends are gone and my hair is grey
I ache in the places where I used to play
And I'm crazy for love but I'm not coming on
I'm just paying my rent every day
Oh in the Tower of Song.

Mis amigos se fueron y tengo el cabello gris,
ahora sufro en los sitios donde solía jugar
y estoy loco de amor pero no lo alcanzo,
solo pago la renta cada día
en La Torre de la canción.


He llegado a la conclusión que la vida es un milagro aunque no sea eterna, solo algunos hombres viven aunque en sus ansias por disfrutar de la existencia muchos de ellos se equivocan y se preguntan adónde fue la alegría antes de cerrar los ojos por última vez, sin embargo la muerte no me parece un milagro ya que todos los hombres mueren incluso aquellos que nunca estuvieron vivos.

        Al contrario que los pensadores que creen en la aristocracia me inclino a creer en la democracia aun manteniendo un respeto por aquellos que hablan de una aristocracia moral o intelectual. No veo ninguna forma razonable de establecer normas que nos indiquen quiénes son los mejores, nos iguala lo terrible; el dolor, la soledad, la muerte, nos separa aquello que anhelamos pero ponemos poco de nuestra parte para llevarlo a nuestras orillas;  la sensibilidad, la piedad,  la  inteligencia, aunque sea algo que viene dado, no como es interpretada en el dominio actual del hombre seguro y asertivo.

           Leonard Cohen que había hablado de mitologías en su primera juventud e hizo una magnífica recreación de la caída de los dioses y de la fragilidad de los héroes que, en los tiempos modernos[i], ya no buscan la gloria mirando lo que significa para la moral de su pueblo y su necesidad de autoestima y autoafirmación ante la historia; Roma se edificó sobre sonadas derrotas que, como ante los celtas y los samnitas, pusieron en peligro su persistencia como pueblo distinto y elegido.

Cohen advirtió con su llegada tardía y meditada al mundo de la música que el hombre debía hablar de mitos, que no debíamos recrearnos en la ruinas clásicas hasta el punto de cegarnos por el resplandor de lo que pudo haber sido y no ver al hombre desconcertado que surge de nuestro tiempo. El hombre que aún cruza las esquinas con un disco en el bolsillo necesita hablar de Lennon, Dylan y McCartney aunque no los comprenda, aunque el comportamiento público de algunos de ellos deje mucho que desear. Probablemente casi ninguno de nosotros hubiera sido mejor que ellos de haber tenido que enfrentarnos al monstruo que devora a casi todos los hombres que tienen el privilegio de cruzarse en su destino, casi todos nosotros nos acabaríamos arrojando desde el piso que ocupemos en la torre de la canción[ii].  

"I lost my way,
I forgot to call on your name.
The raw heart beat against the world,
and the tears were for my lost victory.
But you are here.
You have always been here.
The world is all forgetting,
and the heart is a rage of directions,
but your name unifies the heart,
and the world is lifted into its place.
Blessed is the one who waits
in the travellers heart for his turning."


"Perdí mi camino,
olvidé invocar tu nombre.
El corazón prístino latía contra el mundo
y  lágrimas fluyeron por mi victoria perdida.
Pero tú estás aquí.
Tú siempre has estado aquí.
El mundo lo olvida todo,
y el interior es un torbellino de itinerarios[iii],
pero tu nombre unifica el corazón,
y el mundo se levanta en su lugar.
Bienaventurado el que espera
en el corazón de los viajeros para que vuelvan. "





[i] aquí hay que tener cuidado a la hora de establecer dónde empiezan, y reconocer con amargura que aún no han acabado)
[ii] Viniendo de Cohen solo podemos tildar de humildad la referencia que hace a Hank Williams.
[iii] Y el corazón es una furia de direcciones.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.