sábado, 15 de junio de 2019

Desde otra tristeza

Estoy segura de que ya nada ahogará mi rima,
durante años he llevado el silencio en la garganta
como una deuda de sacrificio,
pero ha llegado el momento de cantarle
al pasado una elegía.
(Alda Merini)

1

La ciudad se ha ido alejando de la que conocimos,
las calles no tienen el mismo olor,
no quedan vidrieras en las que mirarnos,
caminamos entre las cenizas del recuerdo,
entre árboles extraños que no hallan sus raíces,
entre las sombras de los geranios blancos
y unos escaparates que acarician el antiguo resplandor
de tu huella sobre los adoquines.

Unos besos que se ocultan en las ramas de la noche
me recuerdan
que los pájaros se fueron, la soledad se arrima en unas alas
cuya tristeza se refleja en la mirada del canto
que no encuentra mis labios que no vuelve a los puertos
y escribe una palabra de amor en un poema de resentimiento.
2

No sé si volveré desde esta tristeza
a mirar los lugares que frecuentabas,
si podré escribir sobre tu huella
ahora que no te conozco,
pensar en ti y que el dolor no se apodere de mi rostro,
estoy perdido en una nube que no sueña
como un espejo sin luna,
como unos ojos que no pueden ver la aurora,
un candelabro sin luz en un pasillo sin ventanas.

Pero la ciudad se ha ido alejando de la nuestra,
las calles ya no tienen el mismo nombre,
apenas quedan vidrieras,
caminamos entre las cenizas del recuerdo,
entre árboles extraños que no tienen raíces,
entre los pétalos de los claveles del pasado
y unos escaparates que rumian el antiguo resplandor
del sueño de los poetas.
de tu huella sobre los adoquines,
y unos versos caídos en la noche
me recuerdan la soledad del mundo cuando no estás,
la tristeza de una sonrisa que no encuentra tus labios.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.