sábado, 1 de junio de 2019

Corazón mío, esta noche*** Adornara tu Frente



Corazón mío, 
esta noche quisiera yo pensar
en los viejos barcos anclados en el puerto,
en la estrella de antaño que permanece azul,
en la soledad turbia que recorre 
el cuerpo de mis venas,
en aquellos errores...
¡Qué desastre, Dios mío, qué caída en silencio¡


Y tú siempre anhelabas despejar los enjambres,

la magia de su rostro,
el ritmo de ese paso que ya no apareció,
que hundiste en el destino de un templo profanado.



Tú, que esperabas siempre

la llegada de aquella 
que nunca apareció,
morías mientras soñabas en tu desvelo.



No fuiste muy despierto, pagaste cada rosa

fugitiva, exiliada,  
compraste  con amor cada caricia.



Su amante yo no era 

parecía decirme todo en la mirada negra 
de los cuervos con traje, y tú no los escuchabas
sintiéndote el payaso sin gracia de los cuentos,
el héroe vencido de una triste función.



Ahora tengo

que mirarme en el mar de los espejos
que cayeron en tus rodillas, 
vender en la esquina la huella de su olvido
para nunca manchar el dolor
de tu esperanza,
ni quebrar la corona del laurel disecado
que adornara tu frente y me llevó a la muerte
de un maduro postergado por los sueños.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.