Si
yo rezara sobre tu amor inerte
sería
una tumba abierta sobre tu voz quebrada,
sería
una primavera con el cielo apagado
que
besara tu olvido, tus pies y tus palabras;
para
verte en la calle como si fueras otra,
para
hundir en tu cuerpo extraño la mirada
y
no saber reír, llorar, ni aparecerme
en
el hombre de siempre que siempre te abrazaba.
Si
yo rezara sobre tu amor inerte
la
sombra de la muerte se llevaría mi cara
y
el camino de tierra que siguió nuestro paso
quedaría
en mis ojos en la noche cerrada.
¡
Ay triste carnaval de sueño y de pasiones
que
muere cuando reza y llora cuando canta!
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.