Sergio Endrigo fue un notable cantante y compositor italiano nacido en el período de entreguerras en un territorio que actualmente pertenece a Croacia. Murió en el más absoluto olvido. Quizás la que os aconsejo sea su mejor canción, ganó en San Remo en 1968 donde también fue defendida por un joven Roberto Carlos que lo hizo admirablemente. Después de habérmelo pensado mucho me he quedado con la interpretación de Sergio Endrigo, quien me la presentó me dijo que pusiera mucha atención a su ternura dolida cargada de una tristeza infinita.
La fiesta apenas comenzada
ha terminado,
el cielo ya no está con nosotros,
nuestro amor era la envidia del solitario,
era mi orgullo y tu alegría.
Era tan grande y ahora
no sabe morir
por esto canto y te canto a ti,
la soledad que tú me has regalado
yo la cultivo como una flor.
Quizás acabaría
si un nuevo sueño tomara mi mano,
si le dijera a otra
las cosas que te dije a ti.
Mas hoy debo decirte
que te amo tanto
por eso canto y te canto a ti,
era tan grande y ahora no sabe morir,
por eso canto y te canto a ti.
La fiesta apenas comenzada
ha terminado,
el cielo ya no está con nosotros,
nuestro amor era la envidia del solitario,
era mi orgullo y tu alegría.
Era tan grande y ahora
no sabe morir
por esto canto y te canto a ti,
la soledad que tú me has regalado
yo la cultivo como una flor.
Quizás acabaría
si un nuevo sueño tomara mi mano,
si le dijera a otra
las cosas que te dije a ti.
Mas hoy debo decirte
que te amo tanto
por eso canto y te canto a ti,
era tan grande y ahora no sabe morir,
por eso canto y te canto a ti.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.