Yo recuerdo
tu calma contrariada
en el perfil
que entonces exigía
el milagro de tierna sinfonía
que de tu amor me vino desatada.
Yo retuve
tu mano como alada
claridad
y expresión que se fundía
en el aire
y el pulso que sentía
la notas de tu voz lira tornada.
He de vivir
llevando la tristeza
dese momento claro
y atrevido
que voló traspasando la maleza.
Busco ahora la gracia y el sentido
que llegaba
acercando mi cabeza
a la inquietud de aquel polvo perdido.
Me encanta, Enrique.
ResponderEliminarSolo el amor nos conoce.
Ora busco la gracia y el sentido
que llegaba acercando mi cabeza
a la inquietud de aquel beso perdido.
Este cierre es bellísimo.
Un fuerte abrazo para ti y para tu hermosa musa.
Gracias, María, sigo sintiendo como un privilegio muy profundo sostener tu palabra y tu buen criterio. A mí, particularmente, me gusta el primer terceto, es Garcilaso quien hubiera hablado a través de mí. A distancia planetaria tuve que elegir a uno, evité a Lope, divino, y a Quevedo, fieramente humano, y me quedé con el autor del primer soneto que leí en mi vida, no me gustó entonces, yo estaba en sexto de EGB y una de mis hermanas en octavo, ahí lo leí. Cuando me paro a contemplar mi estado y a ver los pasos por dó m'ha traído.
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