Hubo algún humanista italiano que exclamó, cuando murió Rafael, que la pintura había muerto, elogiando, hasta donde es posible, a aquél que no había representado la naturaleza como es sino como la percibimos. No era cierto, pero no se le podía rendir mejor homenaje al pintor más grande que ha existido. Ernst Grombrich dijo que era Andrea Mantegna, pero al comentar comparativamente a ambos hizo prevalecer sus sentimientos y se decantó por la intuición arrolladora de Rafael, el fresco apenas permite rectificación, sobre la técnica escalofriante de Mantegna. Quizás sea Gombrich quien mejor me haya hecho comprender que nunca podré llegar a aprehender la Poesía.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.