Yo
quería vivirte y que tú me vivieras
Las notas del poema que llegaba a tu oído
se acercan a tu paso, se visten de tu aroma,
se pierden en tu alma
ahora que navega
en la tinta deshecha por tu propio recuerdo.
Aunque no te lo diga y no busque tus manos
sigo pensando en ti
como el amor de siempre
porque vuelvo a tu piel en el bajel hundido
que ha surcado los miedos antiguos que guardamos,
porque piso las calles que fueron nuestra vida
como un poeta ciego
que muere en el destino y canta a la tristeza,
porque te reconozco
en mi sueño y mis ansias,
porque miro la calle por donde aparecías
mostrando dolorido los estragos del tiempo.
Porque voy caminando sin rumbo hacia tus brazos
y no tengo palabras
hermosas que ofrecerte,
he perdido el pudor de admitir mis errores,
apagado la llama que brotaba en mis labios
ahora que las llagas de la culpa se muestran.
Las notas del poema que llegaba a tu oído
se acercan a tu paso, se visten de tu aroma,
se pierden en tu alma
ahora que navega
en la tinta deshecha por tu propio recuerdo.
Aunque no te lo diga y no busque tus manos
sigo pensando en ti
como el amor de siempre
porque vuelvo a tu piel en el bajel hundido
que ha surcado los miedos antiguos que guardamos,
porque piso las calles que fueron nuestra vida
como un poeta ciego
que muere en el destino y canta a la tristeza,
porque te reconozco
en mi sueño y mis ansias,
porque miro la calle por donde aparecías
mostrando dolorido los estragos del tiempo.
Porque voy caminando sin rumbo hacia tus brazos
y no tengo palabras
hermosas que ofrecerte,
he perdido el pudor de admitir mis errores,
apagado la llama que brotaba en mis labios
ahora que las llagas de la culpa se muestran.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.