martes, 14 de noviembre de 2017

Jacques Brel - Orly



 

 Pocas veces había sido Brel tan interminablemente triste, repite sin cesar que la vida no regala nada, y hace sentir que el final de un gran amor tiene sensaciones que lo equiparan en su tragedia con la muerte, esa que ya jugaba con él hasta helarle la sonrisa.


Puede que Orly sea la canción más conocida del mítico álbum “Les Marquises”, un gran hito para el público francófono por ser el último que grabara un retirado y misterioso Brel, por el número anticipado de copias vendidas, por la calidad que se le reconoció una vez salió al mercado. Siendo Orly una gran canción hemos de admitir que le salieron rivales colosales en el mismo disco, entre ellas la inmortal "Ver a un amigo llorar".

El aeropuerto parisino es el marco que eligió para demostrarnos el momento en que una pareja, mientras pasan hombres y mujeres ocupados en sus propios pensamientos, salta en pedazos, quizás por celos, por desamor o por hastío, son tan delgados que no pueden ser deshonestos, llega a decir, narrando en primera persona, centrándolos en el objetivo de sus ojos entre más de dos mil personas que pasan.

 Hay quien afirma que esta canción es una réplica acerba y paródica a la vitalista y despreocupada “Un domingo en Orly” de Gilbert Bécaud, de hecho hay un verso que hace referencia a ello y nombra a su colega desde la amargura que transita por su pecho que no desde el sarcasmo. Porque creo que Brel buscaba algo sustancialmente más profundo en el momento que empezaba a bajar los brazos y a componer canciones con una morosidad en absoluto acorde con su carácter impulsivo. Se acabaron los tiempos en que se reía de su propio final aunque reconociera el miedo cuando presentía el instante único, ese en que decía que la vida solo tiene dos fechas, en que dormir es morir un poco si no se sueña.

2 comentarios:

  1. La estuve escuchando ayer Francisco.
    Creo que describes el sentimiento perfectamente.
    Noto en la canción una tristeza pero de un modo meditado. En lo que se fija de entre tanta gente. La vida ya no es un regalo. Hay honestidad y a la vez belleza en la letra.

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    1. Me costó mucho escribir esta reseña, Juan Carlos, no sabría darte una razón convincente; no tenía nada claro lo que quería que decir y eso, estando el Brel de sus últimos días en mi mente, me resultaba molesto y, casi, desdeñoso.

      No tengo esta canción entre mis preferidas pero siempre me ha dado la impresión de que para su autor era muy importante, no sé si ese amor que se desgarra y presiente la cercanía de la fosa representaba su propia vida en ese momento que era consciente de que se apagaba.

      Debe ser un calvario escribir mientras todo se va perdiendo y falta el aliento, concentrarse en la música mientras se le está yendo la vida. Pero, quizás, como pilotar aviones, barcos y soñar que los Mares del Sur seguían siendo los mismos que de niño imaginara, le ayudara a paliar el dolor que lo estaba destruyendo.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.