domingo, 23 de noviembre de 2014

Ya no sé qué decirte



Ya no sé qué decirte,

he ahondado en mi duda y me veo como siempre,

como un novio amputado del tumulto y las flores

que no encuentra calor

en sus miembros perdidos,

como un tonto exiliado del amor y el deseo

que añora la fragancia de un verso temerario.



Ya no sé qué decir de tu perfil sin sombra;

esta lengua de fuego ha de esperar dormida.

He surcado tu herida con palabras que eran

confesiones que nunca

quise haber pronunciado.



Amparado en la noche,

creyendo que sus manos cubrían mi mirada,

te explicaba las causas de mi huida al vacío,

mientras esos milagros que quería invocarte

volvían al sepulcro del que nunca salieron.



Mi lecho, situado detrás de la frontera,

aguardaba el dolor de mi cuerpo angustiado,

cuando el corto camino se hacía interminable.



 Intuía que la vida debía ser de otra forma,

que nunca conocí la calma del vencido.

Mientras nubes y rosas yacían en el oeste

no supe qué decir por despertar tu orgullo.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.