Bellísima, profunda, políticamente incorrecta, de un romanticismo intemporal del que gusta a los degustadores idealistas de poesía, esos que la siguen buscando en los postmodernistas del otro lado del Atlántico y que anteponen un poema soberbio como "Me gustas cuando callas porque estás como ausente" a otro inmortal como "Las furias y las penas".
Recordamos a Gianni Bella porque de amor ya no se muere, pero tiene otras canciones que nos hacen soñar, siempre en el papel, en los últimos estertores de la República, de amante despechado y esa deliciosa voz en falsete, tenía un hueco infalible en el intermedio amoroso del Ceutí y, luego, de la Mazmorra. La versión española es tan buena que aporta detalles brillantes a esta magnífica canción, ese letargo machista del que este amante celoso no ha sabido despertarse.
Recordamos a Gianni Bella porque de amor ya no se muere, pero tiene otras canciones que nos hacen soñar, siempre en el papel, en los últimos estertores de la República, de amante despechado y esa deliciosa voz en falsete, tenía un hueco infalible en el intermedio amoroso del Ceutí y, luego, de la Mazmorra. La versión española es tan buena que aporta detalles brillantes a esta magnífica canción, ese letargo machista del que este amante celoso no ha sabido despertarse.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.