Ahora vuelves a la ciudad que fue luz y sombra,
con la sonrisa que me hacía soñar,
con la mueca atrevida de quien luchó
por mantener la llama de las flores,
por destronar el llanto que ahogó la libertad.
Así voy yo, borracho melancólico, guitarrista lunático, poeta, y pobre hombre en sueños siempre buscando a Dios entre la niebla. (Antonio Machado)
Traducción de Hugo Beccacece | ||||||||||||||
13 de Diciembre de 2012
He
comprobado, H., que el exceso de información no siempre es bueno en
poesía, no somos científicos ni debemos encorsetarnos con el rigor, el corazón se equivoca te dejo esta nueva entrega sin saber si el catolicismo de
Pasolini llegó hasta el final de su vida. Insisto en que me recuerda
mucho a Caravaggio por la sinceridad brutal con la que acometían sus
facetas artísticas y mezclaban la belleza más exquisita, incluso mórbida
cuando acometían temas religiosos y los dotaban de un atractivo
demasiado terrenal, con la fealdad y la decrepitud resultantes del paso
del tiempo y las dificultades extremas en la vida de algunas personas.
En el aspecto de la manera de proceder de un buen cristiano es el otro
Miguel Ángel, el Divino y eterno cabreado, quien le sirve de referente,
amaba la piedad como un impulso solidario, emotivo y, a ser posible,
anónimo que emana de las enseñanzas de Cristo, y sentía una repulsión
irreprimible hacia la caridad, no por ella misma en la que reconocía su
valor, sino por la consecuencia exhibicionista en que suele derivar para
lavar la conciencia y fortalecer la imagen de ciertos grupos humanos y
la falta de tacto de éstos hacia la dignidad humana de los
desfavorecidos con quienes la practican.
Te dejo unas estrofas del poema del que te hablé, para mí las mejores, aunque no sé si con ello quiero decir que sean buenas. La enseñanza que más ha perdurado en mí de Pasolini es que la calidad tiene unos parámetros que no todas las personas tienen capacidad para cumplir, y hay muchos que lo intentan, pero la sinceridad está al alcance de todos aquellos que sienten y muy pocos le rinden culto.
En la playa de Ostia o en Trieste, entre los tilos
o en cualquier campo abierto donde jueguen la noche y el deseo me llamará la muerte como lo suponía, marcado por los golpes del Calvario. En el rostro que el sol esculpía en bronce, en los ojos que me entregan creía ver las puertas que me abría un Ghiberti apasionado. ¡Señor, me abandonaste camino de la cruz y me dejaste en el mar oscuro de los pobres!
18 de Enero de 2013
Es un poema escrito en 1974, un año antes de su
muerte. Se trata de una versión de otro que había escrito veinte años
atrás. No, no murió en primavera. La excesiva sinceridad de Pasolini
siempre fue interpretada como una provocación, la aceptación de su
homosexualidad tanto desde el punto de vista del amor como del deseo y
darle un tratamiento poético convencional no podía sino crearle
problemas. La belleza es siempre la misma. Para mí "Tu infancia en
Menton" de Lorca es uno de los poemas de amor, o desamor si se quiere,
más hermosos de la lengua castellana.
El día de mi muerte
“Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, quedará solo; pero si muere dará mucho fruto.” Juan, 12.24 (Citado por Dostoievski) En una ciudad, Trieste o Udine, por una avenida de tilos, en primavera, cuando cambian de color las hojas… uno ha vivido, con la fuerza de un hombre joven, en el corazón del mundo, y les daba a los pocos hombres que conocía, todo. Después, por amor de los que eran jovencitos con el mechón en la frente, como él - hasta poco antes de que sobre su cabeza las estrellas cambiasen su luz – hubiera querido dar la vida por todo el mundo desconocido, él, desconocido, pequeño santo, semilla perdida en el campo. Y en cambio ha escrito poesías de santidad creyendo que así el corazón se engrandecía. los días pasaron en un trabajo que le ha arruinado la santidad del corazón: la semilla no ha muerto, y él ha quedado solo. (Traducción de Delfina Muschietti – Versión de 1974)
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