Sidney Keyes (1922 -1943) murió durante una incursión entre trincheras en Túnez poco antes de cumplir veintiún años. Su poema Poeta de guerra (War Poet) pasa por ser uno de los grandes poemas que se han escrito en tales circunstancias, en él, a pesar de la tradición militar de su familia, el poeta hace un hermoso canto en contra de la sinrazón de la guerra y en unos pocos versos nos presenta la crudeza de ésta; la búsqueda de destruir al enemigo y todo lo hermoso que éste pueda poseer. Su llamada desesperada, evocando aquello que significa humanidad, describiendo los terribles actos que se consideran normales durante un conflicto bélico, en los cuales el hombre se empeña en destruirlo todo, empezando por lo más importante; la vida, nos sitúa esta especie de testamento poético, lo escribió poco antes de su muerte, como una llamada a la paz de hondo calado y una advertencia severa a aquellos que se niegan en ver en la guerra un reconocimiento absoluto de lo que significa civilización.
War Poet
I am the man who looked for peace and found
My own eyes barbed,
I am the man who groped for words and found
An arrow in my hand.
I am the builder whose firm walls surround
A slipping land.
When I grow sick or mad
Mock me not nor chain me:
When I reach for the wind
Cast me not down:
Though my face is a burnt book
And a wasted town.
My own eyes barbed,
I am the man who groped for words and found
An arrow in my hand.
I am the builder whose firm walls surround
A slipping land.
When I grow sick or mad
Mock me not nor chain me:
When I reach for the wind
Cast me not down:
Though my face is a burnt book
And a wasted town.
Poeta de guerra
Yo soy el hombre que buscaba la paz y encontró
en sus ojos alambradas.
Soy el hombre que buscaba las palabras y encontró
una flecha en su mano.
Soy el arquitecto cuyos robustos muros rodean
arenas movedizas.
Cuando enferme o enloquezca
no os burléis de mí, ni encadenadme:
no me derribéis
cuando marche con el viento:
aunque mi rostro sea un libro quemado
y una villa devastada.
Tengo mucho que hacer hasta llegar a conocer a toda la gente que me presentas. Buena gente.
ResponderEliminarCuántas veces se preguntaría Keyes '¿qué hago yo en Túnez matando?'
Estupenda elección. Te sigo, Efe.
Abrazos.
¿Qué podemos decir, Susi? Y que tengamos que haber conocido a políticos que les gustara más Hazañas bélicas que Mafalda, y que no desaprovecharon la ocasión para demostrarlo casi por unanimidad. ¿Demócratas-guerreros?
ResponderEliminarEs una pena que busquemos una cosa y encontremos lo contrario, pero no se puede dejar de buscar, algún día puede ser que nos oigan. A colación de este poema tuyo, me he acordado de "No perdamos el tiempo" de Gloria Fuertes, que termina diciendo: Poetas, no perdamos el tiempo, trabajemos, que al corazón le llega poca sangre. Todo el poema es una reivindicación de lo que el poeta puede hacer con su palabra, que siempre se puede conseguir algo, aunque cueste tiempo. Un abrazo.
ResponderEliminarInés
Inés, es un contrasentido que casi todas las personas estemos por la paz, y que los pocos que pueden decidir opten tantas veces por la guerra, la poesía no tiene otra cosa que la palabra y, en estos días hay demasiadas personas que dicen que no les gusta, que no quieren ni mirarla. Excepto raras excepciones, el poeta siempre opta por la paz y la vida, quizás esas personas hayan optado por hablar en otro idioma, o no les parezca adecuada la forma en que se implican los poetas. Me ha gustado la cita de Gloria Fuertes.
ResponderEliminarUn abrazo.