domingo, 14 de julio de 2019

Recuerdo de Lady Day





Te diré que te quiero;

nunca llegó el olvido

al corazón que aguarda y no tiene esperanza.


(Conversaciones con Laura - 17 de mayo)


Solo puedo acercarme a ti para volver al silencio
y decirte
que eres la dirección  que perdieron las flores de la esperanza,
que tus velas se pliegan ante cualquier sonrisa,
que no puedes volver a otro paso que guarde 
la frialdad de un requiebro sin norte ni caricia
hundido en la humedad de una almohada, 
que  tu maleta encalló en el armario de los rieles del olvido,
y tu carmín se deshace en las fuentes ahogadas
de otra melodía 
donde fluyen la penumbra y el pesar de los escombros.

Ahora eres un poema cubierto por las hojas,
una energía amortajada 
que vaga en los andenes de los pasajes oscuros
con un llanto desesperado 
porque has perdido la llama oscura de los puertos
donde aún tiemblan las llagas escondidas
cuando cae tu voz en los dominios 
descontrolados y perversos del humo de la noche.

Aún sostengo tu acento brotando en la cadencia
profunda y transparente 
del fraseo que hierve en cada quiebro afligido, 
aún  espero que vuelvas desde ningún lugar.

He buscado tu sombra en el suelo de los parques,
en el rincón de los rastrojos
 que juntos recorrimos con el alma estremecida,
con el vestido que aún vibra en la escena que muere
tierna entre tus labios, el bolso y la linterna.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.