domingo, 13 de diciembre de 2015

No me preguntéis

Me gustaría que la gente en los bares hablara de mi poesía
(Philip Larkin)

No me preguntéis por estos versos que mueren
en  el mismo momento que se escriben,
ni  por farolas que se apagan en la noche,
ni  por el hombre angustiado
que se ajusta la chaqueta gris de la arrogancia
para salir a la calle con el mismo rostro
que dejó olvidado en una estación sin recuerdos,
no me preguntéis por este camino
que se ahoga en la encrucijada del vacío protocolario,
por el cómico errante
de una luna plateada que se borra
en la mano implacable del destino.

No me preguntéis por estos versos que mueren,
transmiten al silencio
aquellas pulsaciones sedientas de pasado,
viven en un corazón que murió sin saberlo
un viernes de dolor mientras las lilas florecían
en un huerto inaccesible,
despiertan alertados por una depresión primaria
caminan junto al hombre de la calle que no los mira.


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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.