¡Oh,
ramas de licor que me llevan al borde
y
salpican las gotas sin dueño de tu esencia!
¡Oh
cortina sin velo, serenata sin canto
donde amaga tu rostro y muere mi silencio!
¿Estoy
despierto o sueño con hombres que pasaron,
con
cartas que no firmo, con adioses tan tiernos
que llegan a mi alma y no
puedo entender?
Hoy
quiero despejar de los muertos la sombra,
la voz
de tu tristeza, creer en el futuro.
Desvarío
en mi rumbo, mi vieja dirección
donde
aún vagan los patos salvajes de la noche,
nadie
quiere leer
los poemas que escribo
en el viento contrario de tu amor que gemía,
nadie
quiere llegar al puerto de mi duda,
con la luz ahogada de farolas inquietas
oscurece
el enigma de tu alma cambiante
sobre
los adoquines donde suenan los saxos.
Yo sí quiero leer" tus poemas que escribes en el viento" y llegar" al puerto y soltar las amarras de tus dudas", por que vuelvas a creer en el futuro.
ResponderEliminarNecesitamos creer en el futuro, Enrique. Porque existen poetas como tú, creo.
Un abrazo
En este intento, Fanny, de publicar todo lo que tengo, me dejé llevar por las prisas a la hora de hacerlo con este poema cuya idea viene desde lejos. Insisto en llevar la poesía a la calle, no me refiero solo a la mía, y ahí se queda en un marco desangelado, sin encontrar las palabras que hagan que se le escuche.
EliminarUn abrazo, tú eres una excepción y yo agradezco que exista alguien como tú.