Hoy tengo que arrastrar esta carga de dudas,
este mirar tan triste que se pliega en los astros,
sigue la enredadera
verde de los silencios
en el puerto vencido sin alba en las canciones
que escuchas en el antro donde nada te turba.
Yo en esta claridad que traspasa mi pecho
en la ciudad que sigue sin luz en la memoria,
conservo las palabras de amor que me dijiste,
enhebro los espejos oscuros de tu rostro,
escribo, cuando llega
el misterio que duele
hurgo en la soledad de los versos sin brillo.
Triste pero bello, como los días de tiempo que atravesamos.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias, Geus, por las palabras que dedicas a este poema, por haberte detenido en su lectura.
EliminarUn abrazo.
Siempre me conmueven tus poemas, Enrique. Esa bella melancolía con la que tejes versos abrigando recuerdos de amor en aquellas palabras que un día alguien murmuró a tu oído. ¡ Si todos supiéramos conservar esas palabras de amor, sentiríamos que la vida merece la pena!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siempre es una buena noticia que aparezcas, Fanny, un motivo poderoso para mantener este blog activo, en los malos momentos lo hago por inercia. He de celebrar que alguien como tú me entregue siempre palabras que justifiquen romper la soledad de un espacio que lucha por mantenerse vivo.
EliminarUn abrazo, Fanny, te lo agradezco sinceramente.