lunes, 14 de noviembre de 2011

Ahora con estos años y con este silencio y con este pesar


El lobo morirá en su pellejo
Sin duda alguna, las personas que más me han querido en mi vida, y tanto, que he llegado a pensar que ambas se hubieran dejado morir por mí, han sido mi abuela y mi mujer. Pero he aquí la paradoja de que la una muriera sin comprender, y la otra, quizás, no llegue a comprender nunca, que lo que he necesitado para vivir es una sonrisa, que yo no podría cambiar por sus múltiples reproches, con los cuáles quiso una y pretende la otra protegerme por mi actitud abierta y espontánea ante el mundo.  Sé que me equivoco, que la gente no es como los personajes de una novela de Dickens, pero dejadme que sueñe que soy David Copperfield, aunque sólo sea un instante. 

2 comentarios:

  1. Que bonito escrito Enrique.
    Eres un hombre afortunado si estás dos personas te han querido tanto. ¿Entonces por qué siempre te noto melancólico?, o solamente es una forma de escribir?.
    ¿Te gustaría ser Copperfield para hacer desaparecer lo que no te gusta?. Bueno, ya sabes que todo cabe en este mundo, sin lo malo no sabríamos que rico está lo bueno.
    Te mando un abrazo, o un saludo.

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  2. Elda, no siempre que estoy meláncólico escribo, pero siempre que escribo estoy melancólico. Soy muy andaluz, cuando estoy bien pienso en las cosas que decía el llorado Facundo Cabral en "No soy de aquí", y nunca me coge con la pluma en la mano.

    Gracias, Elda, sin ti sería un poeta más desterrado aún.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.