I died a hundred times,
You go back to her
And I go back to black.(Amy Winehouse)
En un límpido embate de vodka destilado
me sumerjo en la tarde que muere en la bahía,
sufro porque no puedo anhelar unos ojos
y no tiembla mi cuerpo como una estrella errante.
Se me ha ido el amor, y ya no sé llamarlo
¿en qué calle estará
el ansia desmedida de besos de tus noches?
¿a qué puerta sin llave caminará tu olvido,
tu larga ausencia herida por no seguir tu paso,
tu ineludible imagen de muñeca asustada?
Roto por el silencio tu colchón de verdades
alienta los reflejos de un pasaje rendido
al mundo de los otros que no sabe acunarte
ni escuchar la palabra que presagia tu muerte
en la orilla sangrante del laurel del vencido
que agoniza en el miedo a la vida que pasa.
Tu canción de cristal en los escaparates
busca una nueva luz que abrace lo perdido,
tu palabra en la alcoba de la sentencia mustia
vuelve a la pesadumbre de los días sin huella
y a las flores que gritan en el rimmel corrido.
Se me ha perdido el arte y no encuentro la senda
para volver atrás, atrás cuando pensaba
que había sentido en ti una verdad profunda,
profunda y transparente que ignoraban los otros,
que latía en tus élitros proclives al abismo,
que rompía el contorno y mi pecho anhelaba.
Que era suficiente pensar en tu destello
para cruzar los puentes rotos y desolados
que cada día hablaban del mundo y los azares,
del mar de la derrota que batía en mi rostro,
de la leyenda herida, del amor que dejaste
atravesando calles y no encuentra el recuerdo
de la ninfa frustrada en un sueño que duele,
de la voz que gemía
en un soul encubierto, marchito, amortajado.
busca una nueva luz que abrace lo perdido,
tu palabra en la alcoba de la sentencia mustia
vuelve a la pesadumbre de los días sin huella
y a las flores que gritan en el rimmel corrido.
Se me ha perdido el arte y no encuentro la senda
para volver atrás, atrás cuando pensaba
que había sentido en ti una verdad profunda,
profunda y transparente que ignoraban los otros,
que latía en tus élitros proclives al abismo,
que rompía el contorno y mi pecho anhelaba.
Que era suficiente pensar en tu destello
para cruzar los puentes rotos y desolados
que cada día hablaban del mundo y los azares,
del mar de la derrota que batía en mi rostro,
de la leyenda herida, del amor que dejaste
atravesando calles y no encuentra el recuerdo
de la ninfa frustrada en un sueño que duele,
de la voz que gemía
en un soul encubierto, marchito, amortajado.
Última edición por F. Enrique el Dom, 21 Abr 2024 19:53, editado 1 vez en total.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.