Me hiciste pensar
que ni siquiera tu amor era eterno.
Ahora sufres y te preguntas
qué fue de aquella mirada,
en qué instante murió tu postrera sonrisa
qué viento se llevó las hojas del diario /
donde decías que me amabas.
(Brel en la Escuela de Comercio)
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.