Simplemente a Laura, por su amor inmenso tan ciego y desordenado que hizo que me viera en el fondo del abismo. Ella me mató con su silencio, luego me devolvió la vida con su canto.
Así voy yo, borracho melancólico, guitarrista lunático, poeta, y pobre hombre en sueños siempre buscando a Dios entre la niebla. (Antonio Machado)
Simplemente a Laura, por su amor inmenso tan ciego y desordenado que hizo que me viera en el fondo del abismo. Ella me mató con su silencio, luego me devolvió la vida con su canto.
El poema, magistral , como de costumbre. Y con voz, gana enteros,algo que no siempre ocurre.Tu voz es la adecuada a los sentimientos que expresas en el poema que, si ya de por sí nos transmite esa soledad eterna que nos deja el sabor de un amor no correspondido, la voz nos lleva hasta la orilla misma de la tragedia en que se convierte la existencia tras una experiencia semejante.
ResponderEliminarFuerte abrazo Enrique.
Sobrevivo a mí mismo, a pesar de la experiencia sigo sin aprender. Pero mi actitud estoica hace pensar a mi amante que a nada me entrego.
ResponderEliminarEspero que estés bien, tu poesía lo está siempre.