La buena gente diría, al conocer la larga agonía de Caravaggio, que él se lo había buscado. No le perdonaba al pintor lombardo su impetuoso carácter, mató a un hombre, pienso que involuntariamente, en la disputa por intentar sacar adelante una nadería. Una prostituta, ahogada en el Tíber, le sirvió como modelo para representar la muerte de María, esa que nunca murió. Tampoco que pintara a los apóstoles como si fueran pescadores de la Italia olvidada, esa por la no ha pasado Cristo, y dudara de si sabían escribir, incluso los evangelistas.
Creo,
es más intuición que información, que con lo que menos transigía esa buena gente, que llega a ser rencorosa, era
que no fuera partidario de la Iglesia triunfante y esperara el regreso
de los desposeídos, lo que provocó que muchos de los pocos caravaggios
que quedan se guarden fuera de Italia. Hay que añadir su homosexualidad asumida, en esto fue un
pionero, y, sobre todo, que pintara el escote más sensual de la
Pintura, se olvidó del claroscuro y recordó la morbidezza veneciana, en memoria de Giovanni Bellini.
Curiosamente, el cuadro está en Italia; es la Madonna de los
palafreneros..
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.