Después
del silencio se derrama tu voz
en
una canción alegre hundida en la tristeza ,
no
queda una elegía que haga renacer
los
sentimientos rotos, no queda una palabra
para
evocar las notas transidas de dolor,
de
puente, de excesos, de corazón, de manos,
de orgullo y agonía.
En
el martirio de tus dudas te sumerges
en
ese mar de ginebra que se agita sin norte
en
la mano que tiembla en el cristal,
en
los labios pintados que procesionan en el pasillo.
El
amor no aparece con su sonrisa extraña
rellenando
los huecos de unos párpados que lloran
mientras
el mundo se inclina en otra dirección
que
no tiende sus lazos,
que
no retienes, se difumina y te abandona.
Vives
el desconcierto, flirteas con las pastillas,
mueres
en la amargura con el tono marchito
de
quien siente que su tren se perdió en alguna parte
en
los raíles sin espejo de una metáfora sentida
donde
yacen los versos de luz
que
huyeron hacia el oeste donde duermen los dioses
que
abrazan el ocaso,
y
una sombra que estrecha su figura contra tu cabeza
susurra lo cerca que se halla la salida.
¡No
sé ya cuántas veces te busqué en el murmullo
del
parque por la noche,
cantante
callejera en la soledad de la isla,
ni
cuántas recité a Ginsberg acariciando
su aullido iconoclasta,
la
ternura de tu rostro de ninfa enajenada!
Ahora
miro tu cuerpo abandonado en la niebla
que
desprendían aquellos ojos cerrados al mañana.
(14 de junio de 2015)
Un lujo este poema Enrique, lo he leído unas cuantas veces y al leerlo he pensado que podía ser dedicado a la cantante maravillosa Amy Winehouse ( le he tenido que preguntar a mi hija como se escribía, jajaja).
ResponderEliminarBello y triste, donde se trasluce la muerte como fondo y el recuerdo del poeta que lo adorna con su mágica forma de hacer poesía.
Un placer Enrique.
Un abrazo.
Podría haber sido perfectamente Amy Winehouse, Elda, pero me refiero a Marilyn Monroe. Te enviaré el capítulo entero, siete poemas que escribí después de leer Fragmentos, un libro que recogía los poemas y las anotaciones que Marilyn había ido escribiendo durante buena parte de su vida. Despué de un par de años acabé dos poemas ahora; me encanta añadir versos pero eliminarlos me resulta doloroso, pero, a veces, no encuentro otra solución.
EliminarUn abrazo, Elda, he grabado algunos poemas como me dijiste, me da un poco de vergüenza, si me atrevo te los envío. Si vamos a Madrid a Madrid tenemos que volver a vernos e ir al Galileo.
Ahora miro tu cuerpo abandonado en la niebla
ResponderEliminarque desprendían aquellos ojos cerrados al mañana.
Creo que el gran logro de este estupendo poema es la niebla metafórica que impregna cada verso hasta llegar a ese cierre fantástico donde finalmente se diluye en esos ojos cerrados al mañana. Niebla de tristeza en una canción alegre, niebla en el pasillo de unos labios pintados, niebla de unos párpados al otro lado del mundo, niebla de esa magnífica sombra que estrecha su figura contra la cabeza. Hay grandes pinceladas de poesía en estos versos, Enrique.
Un abrazo.
No tengo una idea clara de este poema, Toño, me propuse terminarlo una tarde y logré mi objetivo. No he pretendido ser un exegeta del mito, no tengo la capacidad de trabajo del estudioso que busca la realidad entre archivos y memorias. Simplemente quise indagar en aquellos rasgos que nos la muestran más humana, que pueden ser atractivos para los hombres de cualquier tiempo.
EliminarAgradezco mucho, Toño, la consideración que tienes del poema. Lo tengo entre mis dudas, supongo que esta consideración positiva se debe a que me costó un esfuerzo apreciable, pero eso no deja de ser subjetivo.
Un abrazo. Siempre es un placer hablar contigo.
He leído sobre ella, hasta la verdad deja...ciertamente es una persona que me ha llamado la atención desde que supe que existió, detrás de una mujer que aparecía en sus películas como un ser insulso, ahí empecé a querer saber más...., creo que fue un juguete roto. No, no creo que se suicidase, hay poemas que he leído, los cuales me han sorprendido. Marilyn, fue un instrumento peligroso para quienes la utilizaron, por decir algo....
ResponderEliminarHas definido muy bien la persona que ella era, no la que nos dejaron entre hebras.
Me alegro, Soledad, de que te hayas acercado a sus poemas, yo también quedé sorprendido por su profundidad y porque conectaban con las inquietudes estéticas de su tiempo, su tardío período formativo estaba llegando a buen puerto. Esa década extraña entre el vanguardismo y la caza de brujas me recuerda tanto, en algunos aspectos, en actitudes vitales,a la que vivimos ahora en España.
ResponderEliminarEn cuanto a su muerte, es muy probable que la tesis oficial sea cierta aunque comprendo que sus relaciones con personas influyentes hayan creado dudas razonables, además de ser conjeturas que proporcionan beneficios a la prensa sensacionalista. Respeto, por supuesto, tu opinión al respecto.
Gracias Soledad, te agradezco mucho que me hayas dejado tu comentario.