martes, 18 de febrero de 2014

Muerto de amor



Ya suenan los crepúsculos que morían en tu boca.
¡Oh, poeta dormido en el limpio horizonte
que tu corazón guardaba!

!Oh, cantor de los escaparates de la larga avenida
que tus manos abrían
y tu verso buscaba!

Ya suenan los crepúsculos del verso que despierta
más allá de la huella, del mar, de la montaña.

Me estremece tu boca que ríe entre los muertos.
Me estremecen tus ojos sin que pueda mirarlos.
Me estremece la mano que enturbia la palabra
que suena en el misterio donde nos conocimos.

(Escrito sobre Poeta en Nueva York - Abril 1991)

2 comentarios:

  1. Hay veces que me dejas con la boca abierta, como ahora, que he recorrido varios de tus últimos poemas y aún estoy respirando bajito para que no se me vaya esta sensación. Geniales, hermano.

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  2. Siempre te seguí, Susi, sabía que debía hacerlo, pero no quise que no lo supieras. Eras como la muchacha maorí de "A orillas del mar". Estropée nuestro encuentro porque mi lengua iba más rápida que mi corazón. Hubiera dado 24 euros por enseñarte a mi abuela en el Kaddish de Ginsberg o porque escuháramos a Lady Day morirse mientras cantaba una canción que otro había escrito mientras mataba el orgullo y los celos.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.