No he encontrado otra manera de ofreceros estos grandes poemas. No encontraré el perdón de Laura, pero he aquí que hallo una reconciliación con Ginsberg.
Soñando hacia atrás a través de la vida, Tu tiempo —y el mío acelerándose hacia el Apocalipsis,
el momento final —la flor ardiendo en el Día— y lo que viene después,
mirando hacia atrás en la mente misma que vio una ciudad de América
un flash a otra parte, y el gran sueño de China o Yo, o vos y una Rusia fantasmal, o una cama arrugada que nunca existió—
como un poema en la oscuridad —fugado de vuelta hacia el Olvido—
(Allen Ginsberg - Kaddish - Fragmento)
Las religiones reveladas tienen más de oxímoron que de tautología, son una indeterminación entre el amor y la guerra.
El hombre de la calle no se mueve cuando descubre un gran poema, simplemente se asusta.
Sigo enamorándome de tu voz, aunque mis poemas hayan vuelto a los brazos del Leteo. Tu amor es eterno, pero ha dicho aquí me quedo.
Sé qué quiero afirmarte en la gloria que te niegas y me niego, cuando solo queda el amor..
El dolor que te causé se ha hecho mío y me castiga en todas las direcciones del mundo. Sigo pensando que eres poesía y no poeta.
Ginsberg buscaba la vida en el mar de la agonía. Arrojaba flores complejas y, como a Maradona, le devolvían calabazas comunes, esas que nos hacían pensar en lo empinada que estaba la cuesta del septiembre de todas las horas.
Sobre tu poema "Mi soledad" - Fragmento-
Tu alma aún desvela tu cita con los ángeles
del pórtico que sueña con el amor eterno;
no vuelve del silencio lo que nunca dijiste
y ardía en tu mirada,
Cesare nunca tuvo lo que siempre he tenido;
cuando llega al albergue
siempre escucha la ausencia de la voz que le hiere.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.