Voy
añadiendo posts a mi colección que ya no adorna los pasillos, desde luego que Sabina no ha encontrado en mí
un buen embajador, pero hago lo que puedo con las mejores intenciones, sin
saber la razón, ya sé que vivo en el país que se ha empeñado en dar calidad de
bueno a lo mediocre mientras los santos vuelven a irse de paseo.
Creo que
merece la pena medir los versos de Sabina, son inmensamente largos, como una
cita bíblica sin Dios que la corrija, como ese sueño que perseguimos y que lo
mejor que nos puede pasar es que no lo alcancemos. España tiene muchas cosas
malas, pero tiene cosas buenas que pueden ser objeto de estudios minuciosos;
¿Cómo es posible que tengamos tan buenos escritores entre tanta gente que no
sabe leer?
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.