lunes, 8 de octubre de 2018

Alunizando en el planeta de Brel





Humildad es darte cuenta de que tienes talento y saber actuar, sin demasiado esfuerzo y con convicción, como si no lo tuvieras. 

No desprecio a los ceutarras porque no me hayan admitido entre ellos sino porque no lo hicieron porque no desprecié a la gente humilde a la que pertenezco. Hay un estatuto para ellos de cuyo árbol cuelgan medallas, todavía quedamos aquellos que esperamos que vuelvan a crecer las hojas. (Sobre los Flamencos)

Hay buena gente tan mala que nunca se mira hacia dentro por miedo a que se rompan los espejos impolutos de su respetabilidad.

Hay tanto que hablar de la realidad que hacerlo de la ficción suele ser una pérdida de tiempo, los grandes novelistas son aquellos que son capaces de encontrar sueños cuando buscan realidad. Soñar es lo hermoso que queda cuando hemos exprimido la pulpa de la rutina, cuando nos revelamos contra creer solo en aquello que tocamos con los ojos y no alentar aquello que tocamos con el corazón.

Escribir un aforismo puede ser unos segundos de lucidez en los que no sabes lo que dices o varias horas en una cámara oscura en que no sabes lo que has ido diciendo.

No creo en los dioses pero quiero creer en la inmortalidad del alma.

hay quien lucha contra Dios estando a su lado y quien lo hace contra el destino con todas sus consecuencias.

Si la mayoría llevara siempre razón tendríamos que admitir que en España elegimos bien a los gobiernos

Mi angustia no reside tanto en el hecho de que piense que puedo estar equivocado sino en la seguridad absoluta de que la mayoría lo está. Creo que es una de las sensaciones más amargas que puede experimentar un demócrata.

El buen Dios

¿Y si Dios existiera y no fuera bueno, y anduviera siempre preocupado por su propia eternidad porque no la comprende?

Dios se durmió cuando creó al hombre y todavía no ha despertado.

***   ***   ***

Brel en el corazón

Brel fue alguien que no cesó nunca de tirar piedras contra su propio tejado y siempre fue capaz de recomponer los destrozos. Por amor nos castigamos y nos redimimos. No todos los flamencos lo han perdonado.

Encadenar cigarrillos y copas no debe ser una mala forma de arreglar el mundo cuando tantas personas lo hacen, es tan eficaz al menos como gritar nunca más mientras no se cambia de costumbres; practicamos la guerra en otros territorios y hablamos de conflictos como si la guerra no lo fuera.

Estar alegre o borracho depende más de la extracción social que del alcohol que se haya ingerido..

Su enorme talento y su sensibilidad sin límites le hacen vulnerable ante una sociedad que no quiere entrar en la hondura de una declaración de amor, el lamento miserable por un romance que muere ni en denunciar la perversión aceptada de las buenas costumbres. La inconsistencia ideológica de los hombres que, demasiadas veces, está más relacionada con su situación económica que con la belleza de su pensamiento, y la muerte que siempre espera con una paciencia infinita...

La niñez

 Nos queda el recuerdo de la niñez para salvaguardar un poco de ternura y para ver el amor como un prodigio y un vuelo que tienen que llegar cuando los violinistas vuelvan al tejado o los barcos de Dylan encuentren puerto.

La niñez es un lugar que nunca deberíamos dejar atrás o un sueño del que no tendríamos que despertar para creer en la vida.

Brel amaba las alturas de tal forma que prefería morir en el vuelo antes que vivir con los pies en el suelo. 

Brel llegó a Francia huyendo de una fábrica de cartones, si tenía que estrellarse contra algo debía ser contra las piedras de Notre Dame.

Es posible que Brel fuera más crítico y amargo cuanto más éxito tenía, más desesperado cuanto más se movía en la tranquilidad de una vida resuelta, más despreciativo y desconsiderado con el hombre común cuanto más lo amaba, cuanto más le hubiera gustado ayudarle a que se rebelara contra su destino en la mediocridad de las supuestas buenas costumbres. Quien busca la verdad puede vivir la angustia de no encontrarla, pero si lo hace es muy probable que viva una eterna agonía.
Ya no lloramos por un pájaro muerto, ya no soñamos con un gran amor, el tiempo nos ha quitado las maletas de la mano y la identidad del bolsillo de la camisa.


Una de sus características más acusadas era que su palabra iba tres segundos por delante de sus pensamientos.

Quizás ningún músico haya sido más ecléctico que Brel, nadie haya desarrollado sobre un escenario un dramatismo más convincente o cantado al amor como si fuera un sueño que se le reclamara a la vida.


Misoginia aparte

Las mujeres suelen ser más permisivas con los hombres que buscan sexo que con los que buscan amor.

Los hombres piensan siempre en el sexo, en los ratos que les deja libres ese siempre siguen pensando; hablan de fútbol y de mujeres.

La buena gente

La mayoría escribe lo que puede, unos pocos lo que quieren; entre estos últimos hay demasiados que no saben lo que quieren y el resto solo sospecha lo que no quiere escribir. Por suerte queda un sitio para Galdós, García Márquez, Camus...que no está localizado en ningún navegador.

Lamento que tanta gente haya dejado de importarme. 

Las equivocaciones

En mis ofensas no discrimino a nadie.

Equivocarse es un arte y cómo cualquier otro requiere conocimientos y experiencia para saber en qué merece la pena estar equivocado.

Tan importante cómo llevar razón es el modo en que la defiendes.

Escribo para vivir. Es posible que acabe viviendo para escribir; nunca sería mi deseo.

No comprender a la gente a la gente causa angustia, comprenderla suele ser una causa para pegar un grito.


El payaso profundo que glosa mis tristezas
frecuenta las consultas, persigue batas blancas,
fuma en los hospitales, le sonríe a la muerte...
y no hay ninguna queja.
                                                        5 de mayo de 2011.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.