sábado, 21 de octubre de 2017

Joaquín Sabina - Como un dolor de muelas



La madurez se alcanza cuando piensas con sinceridad que te puedes morir el día siguiente. Cuando es verdad sirve de poca ayuda a los otros, nunca nos creemos las palabras de alguien que va a morir, tampoco las de aquel que piensa que va a vivir para siempre cuando muera.

Sabina firma las palabras de otro, en este caso las del subcomandante Marcos, y logra una de los aportes más brillante a su colección de disparos a bocajarro, a este mundo en el que vivimos que parece enfadado con la verdad; cuando aparece lleva con frecuencia el desgaste por el paso de los años de Joaquín y los mordiscos de su deriva quevedesca.


 Cuando solo nos queda la verdad de nuestro pensamiento, ese  que nos recuerda que aparecieron otras arrugas en la frente de nuestros amigos, que nuestro cabello se llenó de sal amarga, que nuestro corazón dejará de latir sin saber que se habrá hecho de nosotros, cuando perdemos el miedo de morir porque, como diría Pablo, la vida no vale nada, y luego sueñas que estás despierto para volver a dormir.  

2 comentarios:

  1. Cuentan que escribir, componer… es un acto privado e intransferible. Me desconcierta un poco este ¿encargo? Del subcomandante Marcos a Sabina. No se la parte de la letra de uno y de otro, aunque hay una simbiosis singular hasta el punto de ver en Sabina otro Sabina, como capas superpuestas perfectamente encajables. Es verdad lo que afirmas, el mejor de “los disparos a bocacarro”. Una canción gesto con su voz tan devaluada que emociona de puro desgaste. ¿Cómo quedarse impasible ante esto?

    Como si llegaran a buen puerto mis ansias,
    como si hubiera donde hacerse fuerte,
    como si hubiera por fin destino para mis pasos,
    como si encontrara mi verdad primera,
    como un suspiro profundo y quedo,
    como un dolor de muelas aliviado
    ,
    Francisco, eres poeta hasta haciendo críticas tan asertivas y acertadas como esta que nos ofreces, sobre todo en su tramo final.

    Nota.- Anoche, antes de irme a la cama me pareció leer algo distinto en esta entrada, no se si era que estaba destemplada por culpa de la gripe o qué.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La letra de esta canción tiene mucho de su firma aun en el caso de que no hubiera escrito ni un solo verso hace suyo el mensaje con una sinceridad que hiere y nos deja un halo redentor como si hubiéramos dejado el alma en cada golpe de voz. No podemos imaginar el "Aunque tú no lo sepas" sin el fantasma de Enrique Urquijo sobre el escenario del Galileo, sin el maduro adolescente que siempre fue Sabina deshojando el farewell de los besos que vienen y se van.

      Gracias, Tara, me evocas tantas cosas.

      Eliminar

Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.