jueves, 12 de octubre de 2017

Luis Cernuda - El Sur



En este homenaje a lo perdido no añadí la referencia a nuestros poetas que murieron lejos de nuestra patria hasta después de haberlo escrito y sin saber con certeza hasta qué punto se complementaba con el anhelo perseguido, participaba del mismo exilio interior de quien sabe que no encontrará una patria por mucho que la busque, que podemos recordar lo que nunca fue en nuestro desasosiego. Esa remenbranza disfrazada en las sombras nos produce dolor y lástima hacia nosotros mismos; aquellos soñadores equivocados que llegamos a sonreír, en la urna griega del ocaso, a la muerte sin que nadie lo percibiera.

6 de julio de 2014.
El Sur

Quizá mis lentos ojos no verán más el sur 
De ligeros paisajes dormidos en el aire, 
Con cuerpos a la sombra de ramas como flores 
O huyendo en un galope de caballos furiosos. 

El sur es un desierto que llora mientras canta, 
Y esa voz no se extingue como pájaro muerto; 
Hacia el mar encamina sus deseos amargos 
Abriendo un eco débil que vive lentamente. 

En el sur tan distante quiero estar confundido. 
La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta; 
Su niebla misma ríe, risa blanca en el viento. 
Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.


12 comentarios:

  1. Cuesta leer esas palabras sin sentir un ligero nudo en la garganta, pues en ellas se transfiere esa morriña del que abandona unas raíces que se arrancan de golpe.
    Gran reflexión la de la cabecera, Francisco.
    Un abrazo.

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    1. Era Cernuda muy joven cuando escribió este poema, estaba influenciado por las vanguardias como todos los de su generación y, en menor medida en su caso, por la lírica tradicional. Aquí palpamos un surrealismo sutil y se abandona a las bondades sonoras del alejandrino para anunciarnos su eterna melancolía, siempre temblorosa y pura para transmitir la decadencia temprana e irreversible de quien sabe perdida su lucha contra un mundo que nunca sabrá esperar a alguien como él que tiene la sensibilidad como rasgo distintivo y resaltable.

      Genial, calando muy adentro a todos los que tienen el Sur como una fuente espiritual, como un corazón que nunca debería quedarse sin latido para oponerse con fuerza a un universo laberíntico y agresivo donde el brillo de las monedas, del consumo y los aceros cegaba el paraíso de sus años primeros.

      Para mi gusto solo tiene un poema que le supere; "Epílogo", tardío y emotivo adiós al amor aunque lo reviva en el recuerdo y en el que empieza a mirar con cierto estoicismo y amargura contenida, ni un solo momento podía abandonar la elegancia, los bellos ojos de la muerte a la que supo cantarle como si fuera un sueño interrumpido por los besos de luz.

      Gracias, Sofía, me hace sonreír que alguien como tú que escribe tan bien haya entrado en este espacio.

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    2. que acertado el comentario de Sofía, estoy de acuerdo con ella.

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    3. Estoy de acuerdo contigo, Sofía, es una persona de gran sensibilidad y dotada de una rara y eficaz capacidad analítica.

      Un abrazo.

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  2. El exilio interior, tú lo has dicho Francisco y con la palabra desasosiego has unido en melancolía a Cernuda y a Pessoa.
    El Sur, poema hermanado de oscuridad y luz, es uno de mis preferidos.
    Volvemos a coincidir Francisco.

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    1. Además de ser mi escritora favorita de la Red, Tara, tienes una capacidad para hacer asociaciones sin límites. Estaremos de acuerdo en que Cernuda y Pessoa eran dos sensibilidades solitarias, una coincidencia muy importante, pero a partir de ahí se parecen poco. El desasosiego es una cualidad propia del lisboeta, quizás nadie se le acerque, es como la manía de soledad de Pavese, la saudade del fado, el quejío del flamenco...

      De Cernuda se decía hace unos 40 años que su extraña inspiración era germánica, supongo que se referían a Hölderlin y Heine, era proclive a la soledad porque tenía que comunicarse con su mundo interior y su herida por la España que había soñado que despertaba y la encontró perdida y triste. No le fue del todo mal en el amor, quien se queja del amor es porque lo ha sentido

      Pessoa era raro, dipsomaníaco, monárquico, mesiánico, amante asustado de un amor que nunca culmina. Desde mi punto de vista genial en sus poemas cortos tanto los de corte popular que toman como referencia la tradición galaico-portuguesa como aquellos que desarrollan algunos de su muchos heterónimos, desorientado y plúmbeo en sus poemas extensos, insufrible, para mí, en sus interminables parrafadas donde argumenta que Portugal se salvará cuando vuelva Don Sebastián.

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  3. Bueno Francisco, no tengo tantos conocimientos para discernir las diferencias de los dos escritores con tanta hondura como lo haces tú, compañero, pero del "exilio interior" que tan bien has definido, ambos eran partícipes.
    A los románticos alemanes los he leído muy por encima, y no a todos, así que tengo carencias y lagunas importantes.
    ¡Uy...lo malo de ser favorita es que a una la pueden destronar enseguida!
    Un fuerte abrazo Francisco.

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  4. Lo que te he dicho, Tara, no se lo he dicho a nadie, claro que podrá venir alguien que te supere, como llega otro amor cuando todo se ha perdido. Pero, de momento, estás tú.

    Un buen poema es algo raro que ocurre de vez en cuando, a veces sueño que he escrito alguno y después no me lo creo cuando estoy despierto. Pero aparece Pessoa para decirme: "Mientras no me vaya rindiendo" o "Pulsaré como Nerón la lira / pero el incendio no hará falta".

    Algunos de tus relatos me han impresionado, como el de aquel muchacho castigado por el destino que goza del encanto de las mujeres en sus alcobas.

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  5. Gracias Francisco, de corazón.
    Eso es lo que tiene leer a los grandes, me refiero a Pessoa y a otros, que te dejan inútil para escribir algo medianamente aceptable. En fin, hacemos lo que podemos ¿a qué sí?
    Ando leyendo "La pesadilla de Robert Zimmerman - Si la ves dile hola", ya te diré compañero.

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  6. Desconozco la razón, Tara, pero siento algo parecido al desasosiego de Pessoa cada vez que salgo De España. Mi mujer proyectó un viaje a Lisboa siguiendo la huella de Pessoa y el impactó que nos causó el documental "Un faca en el corazón" para intentar que comprendiéramos el lamento del fado, la fascinante y decadente Missia lo cantaba. El viaje se frustró por culpa mía y esos miedos de los que te hablaba, en ese tiempo leía a Pessoa con cierta frecuencia y creo que hubiera habido un halo de comunión con su recuerdo al visitar los bares en los que derramó su imagen de solitario herido.

    Creo sinceramente, Tara, que puedes bastante, que vivirías de lo que escribes si no estuviéramos en un país en el que
    el talento se ignora o se persigue, ya lo dijo Larra; "Escribir en España es llorar".

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  7. Te entiendo, supongo que la sensibilidad te puede, he tenido temporadas en que a pesar de ser casi libros de cabecera Pessoa y saber poemas de memoria, tuve que dejar de leerlos porque me entristecían demasiado.
    Gracias por la parte que me toca, ya con que me publicaran me conformaría, he mando una de mis novelas a concurso este año, titulada "Villa Herbania" y en ningúno de los tres concursos tuve suerte.
    Por lo menos en el blog me leeis y esto me hace feliz.

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  8. Creo sinceramente, Tara, que la mayoría de los premios literarios están amañados, aunque las razones muchas veces sean sentimentales no les exime de culpa, y no lo digo porque yo no haya ganado ninguno sino porque he leído las obras que lo hicieron y sentí impotencia y escalofrío. Pero no lo dejes, algunos hay que no se venden, lo malo es que no sabemos cuales son ni el año que le toca a un jurado ser justo.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.