Tim Buckley era un buen músico, ensombrecido por el fulgor póstumo de su
hijo Jeff de quien nunca ejerció como padre ya que sería educado por el nuevo
marido de su madre y por ella misma en sus vastos conocimientos musicales. Tim
murió a los 28 daños por sobredosis, su
corta vida fue un constante desafío con las drogas y con el deseo vehemente y
enfermizo por triunfar que le hizo abandonar a su familia y emprender el vuelo
que lo llevó a la muerte. Se movió entre el folk y el pop en el tiempo que
florecía la idea de la conciliación universal y el culto a los recuerdos de lo
que nunca había pasado pero se anhelaba en una reivindicación de lo imposible
por parte de unos jóvenes que se erguían pidiendo la redención de una sociedad
marchita a través del amor y de las canciones y una retirada incondicional de
una guerra tan injusta como todas.
Quizás “Canto a la sirena”, sea su canción más popular, se ha versionado varias veces y
está en la mente de aquellos que miran hacia atrás buscando sensaciones
diferentes. En cierta forma Tim no representaba a su tiempo e intentaba a
través de su voz más que aceptable aunque palidezca comparada con la de su
hijo, y la dulzura de su guitarra, poner
al día a los viejos trovadores con su poesía afectada por un sentimiento
antiguo que luchaba por el milagro de la intemporalidad.
Adquiriendo cultura musical gracias en parte a ti Francisco, y seguimos con el folkn orteamericano, y el funk y el jazz y el soul y el rock y la balada (mientras no me pongas a Julio iglesias padre todo va bien)
ResponderEliminarEscuchaba, era muy pequeño, a Julio Iglesias antes de su eclosión mundial y no era desdeñable lo que hacía, miraba los títulos de crédito y el firmaba algunas de las composiciones, te dejo unos enlaces de algunas de ellas, pueden llegar a sorprenderte. Siempre he buscado canciones y no intérpretes. Ha sido un crooner con toda la carga negativa que puede tener esta palabra, pero no ha estado exento de calidad muchas veces.
ResponderEliminarTe las envío por correo; Río rebelde de Cholo Aguirre se encuentra ahí en la transición.
Un abrazo.