Así voy yo, borracho melancólico, guitarrista lunático, poeta, y pobre hombre en sueños siempre buscando a Dios entre la niebla. (Antonio Machado)
miércoles, 29 de enero de 2014
Sin título
Luchando contra esta apatía que me corroe
y se extiende sin fin en mi falta de horizonte,
que me quema en su frialdad desenfrenada
y me lleva a un estanque de soledad herida.
Me abandonó el amor que siempre me guiaba,
hasta tú que me amaste
en silencio me gritas que estoy loco;
un expediente abierto
que no podrá cerrarse me acompaña
y unas alas quebradas para saltar al vacío.
En unos días apenas me he quedado sin fe,
me he quedado sin música, sin luz, sin poesía,
insisto hasta el final porque no tengo freno;
he aprendido a hablar sin saber lo que digo.
(Poema de la duda- Marzo-Abril 2011)
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Vuelvo a emocionarme con tu poema.Expresas sentimientos en los que uno puede reconocerse cuando el amor nos abandona y nos lleva a "un estanque de soledad herida" y ya no suena en nuestro interior la música y huye la poesía de los labios y no hay palabras para expresar la soledad.
ResponderEliminarExcelente poema,F.E. He vuelto a tu blog para sentir la voz de un gran poeta y la he encontrado. Gracias.Como te tengo entre mis blogs favoritos, en cuanto publiques un poema me enteraré y aquí me tendrás.
Un abrazo.
Un abrazo.
Creo, Fanny, que no hay nada mejor para alguien que tiene ganas de hablar que encontrar a alguien que le muestra eso imposible de medir que llamamos sensibilidad, creo que por ello mereces que haya pensado tanto lo que te he ido diciendo a lo largo del día..
EliminarEste poema representa un tiempo en el que objetivamente no tenía más motivos que ahora para sentir un gran desencanto, pero lo sentía. Lo rescaté entre los que había deshechado, anda como los Beatles, cambié un poquito la segunda estrofa y aquí está, cada vez estoy más convencido de la decisión que tomé, y pienso que es uno de los que más fielmente representa el espíritu del poemario.
Gracias, Fanny. Un abrazo.
Un poema de total abandono, incluso sin título, para hacerlo aún más creíble.
ResponderEliminarY es que para algunas almas, la ausencia de amor es dar un paso hacia la nada, hacia el auténtico vacío.
Siempre es un placer leerte Enrique.
Abrazos.
También para mí es un placer, Jerónimo, poder compartir estos ratos contigo. Ha pasado ya cierto tiempo y hemos podido dar una cierta medida de lo que significa para nosotros esta poesía que nos une y, desde ese momento, nos identifica con el hombre que pasa con el periódico o que hace fotografías y no logra apoderarse de un atardecer. Yo me alegro mucho de que sea así, Jerónimo, de constatar de que ideológicamente estamos cerca y de que sigas levantando un monumento a la ternura.
ResponderEliminarGracias, Jerónimo. Un abrazo.
Un gusto estar aquí y respirar poesía. Un abrazo compañero.
ResponderEliminarGracias, Silvia, por haberte acercado a este poema que comprendo que haya podido resultar molesto a algunos por su orientación nihilista.
EliminarUn abrazo.
El desaliento, el desencanto hecho poesía. Podría decir que es un poema triste pero la tristeza tiene muchas maneras de ser escritas o versardas, y la tuya, sinceramente me encanta.
ResponderEliminarEn un primer momento todo lo que me interesaba de esta declaración de amor al nihilismo era su último verso. Sigo pensando que es el mejor de todos, me dio que pensar en su momento y, cada vez que lo leo vuelvo a lo mismo. Quizás Syd Barrett y su espantapájaros sobrevolaran mi desencanto, quizás fuera una reivindicación de mi interpretación del surrealismo. Sería decir que los pensadores son quienes menos piensan
EliminarEs demoledor ese último verso. De los que se quedan grabados en la mente. Y ni mucho menos escritura automática como yo pensaba que trataba el surrealismo de los novísimos. Creo que hay ahí parte del surrealismo. Estar ahí sin estarlo, no pensar en qué estás pensando pero con la intuición de que se está transmitiendo algo a su vez. No sé, quizás me esté liando pero me gusta liarme así con este último verso. Siempre que me lo permita el tiempo y las riendas que tengo que sostener a diario para ser uno más de los normales, es también una imposición por mis circunstancias personales.
ResponderEliminarA veces uno escribe el poema y, otras veces, parece que es el poema quien decide que alguien lo escriba.
ResponderEliminarDigamos que este poema tiene dos partes; en la primera y la tercera estrofa fue él quien pidió a gritos ser escrito, como un homenaje humilde al maestro que guiaba aquellos pasos desde un barranco. En la segunda fue mi empeño en pensar que le faltaba algo y que debía ser más explícito en un afán de que todo el mundo lo entendiera.
En el país de los poetas la gente, por norma general, ha decidido dejar de entender el lenguaje poético.
Yo estoy en ello. A veces me resulta más fácil de entender que otras, depende de mi estado anímico y por falta de hábito.
ResponderEliminarGracias por tomarte la molestia en tener que explicar el poema. Un abrazo
Creo, Juan Carlos, que estos comentarios son algo esencial de lo que me queda. Tengo la suerte de tener al otro lado del hilo a personas que merecéis la pena en todos los aspectos. Hacéis que me olvide de mi falta de concentración y que pueda crear a partir del reto luminoso que me enviáis en vuestros escritos.
EliminarUn abrazo.