jueves, 29 de agosto de 2024

Desgraciado Catulo - Carmen VIII

 



[align=center]Catulo. Poema VIII.  Ad se impsum


Miser Catulle, desinas ineptire,

et quod uides perisse perditum ducas.

fulsere quondam candidi tibi soles,

cum uentitabas quo puella ducebat

amata nobis quantum amabitur nulla.

ibi illa multa tum iocosa fiebant,

quae tu uolebas nec puella nolebat,

fulsere uere candidi tibi soles.

nunc iam illa non uult: tu quoque impotens noli,

nec quae fugit sectare, nec miser uiue,

sed obstinata mente perfer, obdura.

uale puella, iam Catullus obdurat,

nec te requiret nec rogabit inuitam.

at tu dolebis, cum rogaberis nulla.

scelesta, uae te, quae tibi manet uita?

quis nunc te adibit? cui uideberis bella?

quem nunc amabis? cuius esse diceris?

quem basiabis? cui labella mordebis?

at tu, Catulle, destinatus obdura.



Desgraciado Catulo


[/align]¡Ay, pobre Catulo, deja de hacer locuras

y considera, de una vez, perdido lo que fue tuyo!

Hubo un día en que brillaban los soles más dichosos

para ti

y acudías radiante adonde ella te llevaba

para ser querida como ninguna otra podrá serlo,

con todos los juegos que se te antojaban,

y tu niña quería que fuese así.

Sí, es cierto que brillaban los soles más radiantes.


Ella ya no te quiere, ya que nada puedes hacer para evitarlo,

tú tampoco debes quererla

ni seguirla cuando se aleje, ni vivir en la amargura.

Debes resistir con un empeño ciego, ¡Oh, sí, resiste a tu deseo!


Adiós niña. ¡Catulo está decidido, ya no te buscará ni hará ruegos

en contra de tu voluntad.

Tú te lamentarás cuando nadie de ti se acuerde.

¡Perversa, ay, de ti!

¿Qué vida te espera? ¿Quién se te acercará ahora?

¿Quién te mirará pensando que eres bella? ¿A quién vas a querer?

¿De quién serás? ¿A quién besarás y le morderás los labios?


Pero tú, Catulo, no cedas, debes mantenerte firme.


(Variación - Francisco Enrique León)

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.