que
envidias la soledad sin sueño
de
los pájaros que mueren
porque
no tienen pulso que les lleve a gritar,
porque
sus alas no vibran de desesperación
ni
tienen que enfrentarse
al
castigo de las horas envueltas en tañidos sin campana,
en
llamadas sin respuesta.
No
volverá tu padre para sentarte en sus rodillas
y
decirte que eres preciosa y tierna,
que
no te dejará nunca,
te
sentirás fuera de órbita en el planeta de tu madre
que
ante el espejo destroza el carmín contra sus labios,
las
flores contra el olvido
donde
navega la última frase de amor que no recuerda,
y
llorarás, como se llora en el silencio de una habitación sin alma,
como
llora una niña cuando el mar le inunda los ojos
y
una pajarita de papel con un poema plegado
le
atraviesa el pecho encogido
mientras
espera que la aurora llegue para llevarse el miedo.
Me encanta como escribes, Paco.Lástima q no siempre puedo entrar aquí porque con los datos del móvil no puedo acceder fácilmente.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, es un poema que me animó a escribir otros, tenía en la mente la poesía norteamericana de los cincuenta, no sé si conseguí ese regusto a soledad que impregnan las multitudes cuando pierden su identidad.
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