sábado, 5 de noviembre de 2016

He vagado en la noche de tu ardiente tristeza


He vagado en la noche de tu ardiente tristeza
para poder vestirte de azul como querías.
He llorado sin rumbo tu amor en la mañana
como un loco sin dios, profeta sin desierto.

Pero tú no me dabas ni por piedad la muerte;
me quitabas los ojos; la voz y las palabras
trocabas en espinas henchidas de pasado.
No quedaba un lugar para seguir muriendo.

Los vecinos, las casas que tanto despreciaste
abrieron tu lamento para cerrar mi orgullo.



Publicado en Blogger el 1 de noviembre de 2014.
7 de enero de 2015.

8 comentarios:

  1. Un lamento que penetrar en el alma querido poeta, la vida no solo entrega rosas, llegan con espinas. Un honor dejarle mi comentario. Gracias por dejarme el suyo. Maricruz

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    1. Alguna vez tuve la oportunidad de hablar de este poema, María de la Cruz, para entonces ya me había dado cuenta hasta que punto me había equivocado con los dos últimos versos. Pero, bueno, quedó así y no supe salir de ese error. Te agradezco el comentario.

      Un abrazo.

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  2. Siempre me emocionan tus versos, Enrique. Tu "vagar por su ardiente tristeza" me sitúa, de entrada, en un contexto de gran belleza y emotividad.

    Me alegro de que no dejes de escribir.

    Un abrazo.

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    1. Siempre hay algún poema al que nos sentimos un poco más atados, en esa curiosidad que está a punto de extinguirse así como pasan los años, me pregunté por qué éste y otros pocos poemas habían pasado al estado de intocables para mí. Por supuesto que nunca supe la respuesta y no está la poesía para que uno haga mucha publicidad de sus divagaciones.

      Me alegro mucho, Fanny, de poder dirigirme a ti, a ti que amas la poesía. Te agradezco tu tierno comentario.

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  3. Un poema muy tuyo Enrique,muy de tu cosecha particular y plagado de esos hermosos,originales y,a veces, profundos giros literarios que no suelen encontrarse en otros poetas: "Pero tú no me dabas ni por piedad la muerte;" "No quedaba un lugar para seguir muriendo."...Y es cierto,en este caso, que esos dos últimos versos parecen fuera de contexto,como un añadido posterior bajo una mirada más fría,más dura y menos sensible que todo lo anterior.Pero yo no creo que sea una equivocación pues en poesía todo tiene sentido y esos versos también,seguro que así es y si lo meditas con cuidado hasta puede que los encuentres necesarios...a mí me ha ocurrido alguna vez.

    Un placer volver por tu blog,amigo.

    Un abrazo

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    1. Gracias, Jerónimo, siempre es un placer poder contar con tus palabras, tus conclusiones siempre tienen un excelente sentido crítico y son dignas de ser tenidas en cuenta y nos dan una idea de la seriedad y el tacto con los que te tomas esta faceta tan difícil y, a veces ingrata. Creo que no estás falto de razón cuando me hablas de los dos últimos versos, ya dije en algún momento que la realidad me demostró que estaba equivocado. No me lo parecía así en el momento de escribirlos, representan el sentimiento de una época.

      Un abrazo, Jerónimo, es un honor que me llames amigo.

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  4. Ya te estaba extrañando, Francisco.

    Abrazos.

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  5. Me agrada mucho, Simón, que me hayas echado de menos, no ha pasado nada, soy así, desaparezco como El Guadiana, ni yo mismo me lo explico.

    Un abrazo.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.