En el amor me hieres, sin saber el motivo
castigas lo que amas en tu ruta obstinada,
provocas lo que sigue
sombreando la luz en la
Plaza de España,
caminas por los cuadros abiertos que engalanan
aceras que reclaman un sitio en la memoria.
Despiertas en la calle como un árbol que pasa,
como una enredadera que no alcanza el tejado,
eres alma de nube peregrina y cansada,
así los pensamientos en el verde se ocultan,
vienes desde una herida
y buscas la estación
que tomaron los pájaros que emigraban al sur,
así te desmadejas en folios arrugados
preñados de palabra que te vive y te toca,
así vuelves del sueño, así torna la vida
sobre tu clara frente de un sentimiento undoso
que lleva a la Almadraba la herida de los mares,
la luz de los recuerdos entre los pasadizos.
(18 de octubre de 2016)