Cuando las limusinas esperaban en la calle
Así voy yo, borracho melancólico, guitarrista lunático, poeta, y pobre hombre en sueños siempre buscando a Dios entre la niebla. (Antonio Machado)
lunes, 16 de diciembre de 2024
Por quién doblan las campanas
Creo que fue John Ford quien dijo que no había ninguna fórmula para alcanzar el éxito con una película pero había una en la que siempre se fracasaba; intentar satisfacer a todo el mundo.
No soy partidario de fragmentar una obra, pienso en la amargura de Mankiewicz con la hora y media de Cleopatra arrojada al cubo de la basura cuando empezaba a recuperarse del desasosiego que le habían provocado Liz Taylor (con grave enfermedad por medio que precisó de una traqueotomía) y Richard Burton con el inicio de su tempestuosa relación regada de alcohol y reconciliaciones, el divorcio de Welles con Hollywood después de rodar solo tres películas, por que reivindicaba la intervención del artista en todo el proceso de la obra hasta que llegara al público, la agonía interminable de Peckinpah que, posiblemente, no pudo rodar ni montar una sola película tal como lo hubiera deseado y acabó teniendo todas las noches la pesadilla de que se acercaba la productora con el reloj y las tijeras abiertas en la mano, el retiro temprano de Billy Wilder, cuando aún era un viejo lleno de vida que tenía muchas cosas que contar, por el fracaso económico de su última aportación a la leyenda.
Como si lo que escribo tuviera alguna importancia, la tiene para tres o cuatro amigos, el motivo por el que he roto lo que es mi visión sobre este asunto tiene que ver más con el azar que con razones de índole creativa; sin saber el momento ni el por qué me he convertido en un escritor de pies de página, mantengo a través de ellos un precario equilibrio entre lo que soy y lo que hubiera querido ser, suelo hablar mucho de un medio que me neutraliza, que tiene el mismo efecto que la voz en off, intenta objetivar lo que no tiene remedio en la proclividad hacia la aserción del pequeño burgués que surgió de la pesadilla de la Tercera Revolución Industrial.
Un compañero de un Foro al que le había gustado el poema "Lluvia de primavera" me indicó amablemente que no entendía la extensión excesiva de la última estrofa, decidí, vamos a convenir que quizás equivocadamente, dejarla como estaba después de releerla varias veces y no encontrar el sitio adecuado para dar el corte.
Posiblemente porque no tengo vocación de poeta, no suelo irritarme mucho cuando se me corrige o se me hace alguna observación, no veo que se resienta una seguridad, que por otro lado no tengo, cuando se me indica que la cosa puede mejorar con unos retoques leves; he modificado algunos versos cuando las indicaciones de los compañeros me parecían pertinentes y las he agradecido con sinceridad, aunque es posible que no me creyeran, y si no pude dormir alguna de esas noches habría sido por problemas de conciencia o mi niñez de católico que cree todo lo que le dicen. Pero otras veces, como ésta me he mantenido en mis errores, considero que mis problemas no radican en una sílaba de más o menos, o en la precisa colocación de los acentos, o en la búsqueda de una palabra adecuada. Admito que Kubrik cuide hasta el último detalle con una obsesión enfermiza pero siento una debilidad irracional por la pasión ahónica de Fassbinder o el vitalismo irrefrenable Huston.
Creo que "Por quién doblan las campanas" es una película sensiblemente mejor de lo que nos suelen decir, sé que decepcionó a la crítica cuando al fin se pudo estrenar en España tras la muerte de Franco y que se ensañaron especialmente con el director, Sam Wood, que era un excelente artesano y con la pareja protagonista; Ingrid Bergman por no parecer una muchacha española que encuentra refugio en un bizarro grupo de luchadores republicanos en la sierra de Gredos, en este caso se pueden entender los reparos, pero en ninguno las hechuras de americano de Gary Cooper, Robert Jordan era como el sabor de una conocida marca de cigarrillos. Además pocas veces se ha dispuesto de un elenco de secundarios tan dispares y exóticos que supieran acometer con tanta eficacia y pasión sus minutos de gloria.Modificar mi críticaEliminar crítica
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domingo, 15 de diciembre de 2024
martes, 10 de diciembre de 2024
viernes, 6 de diciembre de 2024
Diamantino
Que se apaguen los firmamentos
y los cielos que se nublen,
que se cubran de rayos y truenos
y las aguas que se turbien.
Que revienten las azucenas
que lo manda un dios terrible,
que está el pueblo llorando de pena
por un hombre bueno y libre.
De la mar vendrán los vientos
que abrirán los temporales,
las semillas de los nuevos tiempos
llega con los vendavales.
En el tiempo de los gigantes
de la lucha por el hombre
tú llegabas con la verdiblanca
por la causa de los pobres.
Levantando por los caminos
Diamantino el horizonte,
la esperanza de los campesinos
dentro de los corazones.
De la mar vendrán los vientos
que abrirán los temporales,
las semillas de los nuevos tiempos
llega con los vendavales,
las semillas de los nuevos tiempos
llega con los vendavales.
jueves, 5 de diciembre de 2024
Te recordaría, Laura
Te recordaría Laura en el adiós de la tarde
cuando eras pequeña y querías amar,
te recordaría
en la calle vacía de las murallas reales,
en los números tan solos de las Puertas del campo
y siempre al recordarte sería tu soledad
la de una prima dona en un cartel de un muro
que no advirtiera nadie
y cambia de ciudad.
Ya no se mueve el aire de tu propio candor
y la muerte visita otros amarraderos
que llegan a tus venas con rumor de hospitales.
( 31 de octubre de 1977)
miércoles, 4 de diciembre de 2024
martes, 3 de diciembre de 2024
Queja
Mirabas la tristeza oscura de este llanto
a un hombre que transita ausente por la calles
y vive acorralado por tu voz dulce y ronca.
Apenas era un sueño lo que se me negaba,
este silencio mío incordiaba al amor;
no quería tenerme
mecido por sus alas,
volvía a los dominios de una sombra perversa,
desvelaba la brisa sin luz de una palabra
cuyos ojos se cierran sobre mis sentimientos.
No he tenido tu mano ni siquiera un segundo;
allí me arrinconaste como a un perro que yerra
hacia la soledad
y mora en la angustia,
fui la breve sonrisa de un sueño que pasaba
a solas con mi olvido que no llega a negarte;
a pesar del dolor y las horas perdidas
sigo oyendo tu voz en la ventana abierta
y no me dice nada.
Hace tanto te siento y no llevo tu nombre
como si fuera mío y pudiera abrigarlo,
tu buzón está lleno
de caricias que mueren
y no saben llegar a la orilla del rostro
que apenas puedo ver y sabe que lo siento,
mi rostro está vacío y triste hasta la muerte.
muchos frutos, dulces, sobre una tierra que conozco,
como un golpe. Así te estremeces tú también
al sobresalto de la sangre. Tú mueves la cabeza
como si en torno hubiese un prodigio de aire
y el prodigio eres tú. Hay un sabor igual
en tus ojos y en el recuerdo cálido.
(Cesare Pavese – Verano - Fragmento)
(Traducción – José Agustín Goytisolo)
que tiembla en el desierto donde no queda arena,
mensajero perdido en un intento vano
de retener los ojos
de aquella que me mira
como a un muro indolente que muere sin testigos.
Es preciso estar solo para hablar con la muerte.
(Vuelta a la última soledad)
Pavese siempre estará esperando en la puerta de un café mientras llueve y pasa el último tranvía, siempre sentirá miedo de la llegada de la primavera romana que enterrará sus esperanzas, siempre pedirá una última cita que se ha perdido mientras tiembla por no encontrar unos ojos enamorados.
me arrastro en el olvido como un lobo enjaulado
que vaga en cuatro metros y no conoce a nadie,
muero en la soledad de una especie extinguida.
Pavese era un suicida, aunque nunca hubiera dado el paso, llegó a pensar de que no había otra forma de que su vida se acabara, Hemingway era un vitalista que cedió a la atracción de un gatillo en un momento de debilidad abrumado por los achaques a los que le había llevado toda una vida de excesos.
y sufrí por las cartas perdidas que no llegué a leer,
por las llamadas
que no pude escuchar mientras te maldecía,
mientras me acorralaban la ausencia y tu vestido
en una sala oscura que nunca frecuentaste
y amarga me miraba
como si fuera un hijo de las sombras
atrapado en el fulgor hiriente de un recuerdo
que nunca permitiste
que descansara en el temblor de mi almohada.
Verdaderamente, Ángeles, no sé el valor que tiene este poema. Aparte de que hablaba el griego clásico, de que traducía sin parangón posible y que tenía un coeficiente intelectual desmesurado, pienso que no puedo traducir a Pavese, pero sé que he tenido mucha suerte en el amor: Él se abonó al fracaso, cada mujer en su vida acababa reflejando el dolor, la soledad de un poeta que pensaba que nunca había conocido el amor.
Dom, 14 Jun 2020 10:26
Es posible, Alejandro, que haya mucha gente que le deba mucho a Pavese cuando escribe y no lo sepa. España, Chile e Italia aparecen como los países con una poesía más convincentes. Los españoles tenemos la suerte inmensa de que José Agustín Goytisolo y Ángel Crespo mimaran con amor y apasionamiento todo lo que traducían del poeta piamontés.
Dom, 06 Sep 2020 13:46
Bob Dylan - Acabó todo, chica triste
El pintor miserable de tus calles
¿Vale la pena vivir por vivir, ser pasado sin saberlo, despertar del sueño de la vida, convertirse en un asiduo de la barra de algún bar donde todos te sonríen y nadie te comprende, confesar que nunca rezaste por la muerte de una revolución, que te enamoraste de la sensación de volar porque siempre tuviste los pies en el suelo y aún te arrastras en tus propias huellas preguntándote donde está tu voluntad o el muchacho que fuiste?
Esa película con un solo espectador - Ramón Carballal
ESA PELÍCULA CON UN ÚNICO ESPECTADOR
Miércoles de ceniza
´
Quizás prosiga triste
su sonrisa de invierno despejando la aurora,
sus flores
derramadas en el viento de junio,
sus manos que tuvieron la emoción de las horas.
Quizás prosiga hablando de lugares perdidos,
de sombras que perduran
en un temblor
sin alba,
de rostros que pasaron bajo la luna errante
detenida en sus ojos,
de amor que no fue amor
pero me hiela el alma.
16
Si yo rezara
sobre tu amor inerte
sería una tumba abierta
sobre tu voz quebrada,
sería una primavera con el cielo apagado
que besara tu olvido, tus pies y tus palabras;
para verte en la calle
como si fueras otra,
para hundir en tu cuerpo extraño la mirada
y no saber reír, llorar, ni aparecerme
en el hombre de siempre
que siempre te abrazaba.
Si yo rezara
sobre tu amor inerte
la sombra de la muerte se llevaría mi cara
y el camino de tierra que siguió nuestro paso
quedaría en mis ojos en la noche cerrada.
¡ Ay triste carnaval de sueño y de pasiones
que muere cuando reza y llora cuando canta¡
17
Vientos de soledad que me aprisionan
han borrado tu huella de mi frente.
Si no te quiero, amor,
¿qué haré con el vacío?
¿qué buscará mi alma sin dios
por estas calles?
Sigue la primavera hermosa en los andenes,
¿qué haré con esta sombra
de pétalo fruncido?
¿qué haré con este sol que ya no quiere verme?
¿qué haré con el recuerdo
que agoniza?
¡Qué haré con tu mirada¡
Si no te quiero, amor,
¿qué haré con el vacío?
Matarás al bufón, Pablitos, pero no podrás morirte de risa. Eres el hipócrita que resiste en todas las naciones de la tierra. (F. E. León.)
A la muerte de Jerónimo Muñoz
Quizás el amor sea la única luz del mundo, como decía tu adorado Cernuda, y el milagro era que creías en el amor por encima de todo, aunque tuvieras que luchar contra la vida y sus derrotas.
Afuera, las tentativas impertinentes, la trascendencia.
Afuera, el clamor de los desprovistos, de los necios.
En mí, solo verdades que nunca lo han sido ni serán.
Os hablo de mi piel, de las carencias de mi máscara.
(Jerónimo Muñoz - Poemas de mí (I))
(Si puede el hombre para ella
Hacer presagios, cálculos),
Tu imagen a mi lado
Acaso me sonría como hoy me ha sonreído,
Iluminando este existir oscuro y apartado
Con el amor, única luz del mundo.
(Cernuda - Epílogo)
Ya no nos miras a los ojos cuando hablas fijamente,
ya nadie puede
descifrar el mensaje que dejaste
en la herida abierta de los vientos,
en los últimos labios que te arrancaron la razón
para creer en un olvido que se recuerda
y vuelve a sonreír en el regazo de los árboles y los niños.
Dios sigue viviendo en una calle que no tiene dirección
para los peregrinos que nunca llegan a escuchar
el silencio de la campana,
que no hace eco de la devoción a la vida
que sostiene nuestras íntimas plegarias,
No sé en dónde estás ahora que te has muerto,
si existe el nihil profundo
ante la soledad que cabe en un rincón perdido,
en la tristeza de una lágrima que nunca se derramó.
Pienso que debo estar solo con mi poesía o sin ella,
con aquellas palabras que dijiste algún día.
II
”Quien ha contemplado la belleza con sus propios ojos está consagrado ya a la muerte”.
(Visconti y su muerte en Venecia)
Francesc Chico Jaimejuan - Barcelona 15 de mayo de 2006
Pienso en la presencia hiriente de un pájaro masacrado
que no vuelve a cantar,
pero vuela en la memoria de quienes perdieron las alas
porque nuestra pasión nos lleva al recuerdo y las caídas
del señor de los tristes,
porque el sueño es eterno aunque durmamos sin consciencia en sus brazos,
¿has logrado escaparte de ti mismo?
Siguen las botellas naufragando en el mar de la agonía
mientras el mundo muere de una sed que no se extingue,
en el vientre de la derrota de cada inspiración
que se resuelve en la duda de cada verdad perseguida
que no nos encuentra,
en cada mensaje que pueda desvelar el candor indefenso
de un niño perdido
que pueda llegar a creer en lo que no late,
lo que se revuelve en el fondo de la incomprensión,
en cada intento de mantener el aliento de una sonrisa
que se apaga en los anhelos.
Hay quien sigue esperando que un poema anide en el tejado
de la luna blanca que que nunca mostró su rostro,
pero respira en el resplandor de nuestras aspiraciones,
que los payasos vuelvan al circo de la calle rota de los deseos,
que el amor aparezca en un trance infinito
que nunca podremos entender,
pero que vivimos sin saberlo, para arrinconarlo en una esquina
por miedo a que se desvanezca
en la realidad confusa y engañosa de los números y leyes,
en la gente que pasa con una navaja en la camisa
mientras tiemblan los cantantes postergados
con el corazón en la boca y la esperanza que se pierde
en la herida inmarchitable que inunda nuestros ojos
y sigue extendiéndose más allá de nosotros mismos.
3
Volverás al paseo donde la muerte
se ha detenido en tus ojos, amigo mío.
(Elegía de otoño)
Sonríe, Jerónimo, sonríe esbozando el sentido
que te haga escribir cada día tu primer poema,
que te haga sentir
la insistencia de la luz sobre la frente,
buscándote a ti mismo en el resplandor de la noche
profunda donde habitan la muerte y el olvido
que nunca empiezan y no acaban nunca.
A la muerte de Roberto Alonso
A mi hermana Carmen que le quería bien.
What have we found?
The same old fears
Wish you were here1
(Roger Waters – David Gilmour)
Adiós, esta música celta se ahoga
sin latido, sin gaita que despierte
en los recovecos que ha dejado tu figura,
tan olvidada de ti mismo que recurre
al ensayo de un adagio enrevesado
que se pierde en el aire, su vereda,
para no tocar las manos que lo arrancan.
No quisiste ver el mar antes de la alborada,
este mar que saluda desde ventanas grises sin pañuelos,
desde la melodía sin ritmo de las olas
que hacen que te recuerde la guitarra sin cuerdas
que tocaste cuando llevabas el pelo largo,
creías que te llamabas David Gilmour
y cantabas con voz de terciopelo emocionada
“Ojalá estuvieras aquí”.
Has de mantener alta la frente cuando cruces
el bulevar sin gloria que erosiona con sus garras el olvido,
cuando apures el vaso que te lleve hacia las sombras,
cuando habites en el lugar tenebroso
donde Hades domina
al fondo de la escalera sin barandas
donde acaban el dolor y los recuerdos.
Adiós, tenaz compañero que apenas los nombrabas
cuando en tus entrañas se desangraba tu suerte
por haber errado el rumbo
en la ciudad de los milagros,
cuando Beethoven gemía sintiendo un claro de luna
y tus ojos se empañaban de la melancolía
que nunca encontró tus labios, ni acarició tus manos,
y todo se desterraba hacia dentro
cuando un fallo del sistema te absorbía la mañana.
Adiós, quizás las sombras no sean tan oscuras,
quizás se calme el viento, triunfe la Primavera,
y un ruiseñor de luz se adueñe de tu noche
para seguir cantando donde reina el silencio.
Si la música suena en el país de los tristes
adonde fue expulsada para enjugar una lágrima,
donde otra muerte asombre con sus curvas de ninfa
y su túnica abra con un sarcasmo hiriente,
entonces, quizá entonces
reclames el aliento, las ganas, la sonrisa
que tomar no quisiste
cuando estabas a tiempo
de comprar un billete para el viaje a Viena
donde suena la flauta mágica y ensoñadora
de un Mozart prodigioso que en su delirio te saluda.
1 ¿Qué hemos encontrado? / Los mismos miedos de siempre, / ojalá estuvieras aquí.
Francisco Enrique León.
A Wendy
Quise ser tu Peter Pan
un niño perdido
que no tiene nombre,
un correo sin dirección
ni bandeja de entrada,
una noche que iluminó mi rostro
y aún me llama
en la oscuridad,
una carta cubierta de silencio
que araña tus mejillas todavía,
una noche de amor que no tuvimos
y recordamos siempre
porque nunca jamás se fue el resplandor
que llevaste a mi alma peregrina.
Te amo aun cuando no quiero, Wendy.
Francisco Enrique León.
¿Qué me queda, ahora, Dios mío,
de ese lento corazón que te buscaba?
*** *** *** ***
(Léon Pasternak)
A mi amiga Alicia Morales
Sé, Alicia, yo sé que te fallé, no supe estar a la altura cuando me necesitabas.
Espero que me perdones; aunque no creas en la divinidad de Cristo, eres una buena samaritana.
A Alejandro Adalberto
Entiendo, Alejandro, que prefieras que Argentina gane a España, nuestra patria de la niñez es para siempre. Pero amas la tristeza de tu patria de acogida, te espanta el Sanchezcismo y te duele su hipocresía y ventajismo en un rincón eterno de tu alma.
Un abrazo.
Conversaciones con Laura
Nunca aprendí a equivocarme, pero ejerzo, mal que bien, mi oficio errando como si fuera un maestro consumado de las equivocaciones. Te he fallado, Laura, a ti que eres asertiva y platónica (qué no socrática) al mismo tiempo, a ti que has luchado tantos años deseando meterme en el camino de la verdad, duela o no duela, pero la verdad también se inventa, dijo Don Antonio, mas no me enseñaron a mentir, venía de serie y aprendí, con mucho dolor, a decir la verdad cuando miento. Solo te quiero a ti y es cierto que nunca te siento tanto cómo cuando hablo con la soledad; es estar contigo sin estar sin ti. Tú no buscas la verdad, la exiges, como si fueras un Montaigne que intenta definir un tiempo marcado por la barbarie y la sangre entre hermanos, poco más o menos, como el nuestro.
lo que grita en el silencio de los otros.
(Francisco Enrique León)
Según Pedro Sánchez se trata de entre elegir un independentismo moderado que, en cierta forma, siga manteniendo algunos vínculos con nuestro país y ese otro radicalizado en una sola dirección que no conduce a Roma; Bruselas, en este caso, siguiendo el modelo del Reino Unido, Suiza y Noruega, en este caso.
(12/05/2024 - Francisco Enrique León)
Igualmente sería interesante practicar el no ritmo, la no cadencia, la no musicalidad...
(Ana Muela Sopeña)
Voy andando como un funámbulo ciego que lleva la terribilitá del mundo en la mirada, la amargura del rostro de Salieri en la angustia de la Red. Y, sin embargo, Dios es bueno; nos entregó la luz; el milagro de Mozart.
(Francisco Enrique León)
El Tiempo existió durante mucho tiempo sin nosotros y seguirá su camino interminable aunque no estemos nosotros para medirlo.
(Francisco Enrique León)
(Allen Ginsberg - Oda al fracaso)
La muerte volverá a tenerme en sus brazos / y no podré callarme para que me comprendas; / Te llenaré de amor para que me sonrías / Te besaré sin luz para que no te vea. (1993)
Mi soledad
El murmullo del viento que ronda la ventana
rompe el silencio de la calle vacía
y acerca a mis labios sones olvidados,
cantos de luna, ebria de soledad,
sones trasnochados
pintados en la noche, sin luz ni armonía,
recorriendo calles sin sueños, casas vacías.
Soledad de árboles sin ramas, de muros
enredados en la neblina,
en callejones oscuros,
sin luz, sin esperanza, sin vida.
Coronas sin laureles, ríos de sombras,
amaneceres de insomnio en la noche oscura
donde laten palabras olvidadas y perdidas,
confundidas y atrapadas en la bruma,
en la mente extraña que no siente,
que no vive, que agoniza sola.
Así es mi soledad, fiel compañera
de mis huesos y mis heridas,
de mis sueños perdidos en la aurora
en el anochecer de los montes,
en el estanque azul de la mañana.
En esos montes del recuerdo. Sólo
en tardes azules de estío
y en crudas mañanas de invierno
arde aún con fe, con amor y con luz
tu cuerpo junto al mío.
Non Potevo.
No he podido arrancarte de mi pecho,
no he podido desterrar tus palabras,
no puedo olvidar tus ojos,
ni he podido sonreír a la mañana
desde que cayó la noche oscura
sobre mi alma ajada.
Tiemblo cuando te miro
y mi voz enamorada
se pierde hacia adentro
sin decir nada...
Laura A. M.: (Madrid - 1962) poeta española, seguidora obsesiva del "Trabajar cansa" de Pavese; se compró un diccionario italiano para leer al poeta piamontés sin intermediarios. Tradujo a este idioma ocho poemas míos (que yo sepa son los únicos). Decidió no enseñar nunca su poesía, conmigo hizo ocho excepciones. Estas que muestro son, con diferencia, las dos mejores. Siempre le digo que es Emily Dickinson y que yo no soy Robert Frost, a lo que me suele contestar con la sonrisa irónica y de condescendencia que se le ofrece a los locos.
Fracasé como creador, Laura me ha hecho vivir como criatura. No estaba en el guion, pero vivir, de una forma u otra, es lo más importante.
Sé muy bien que esta excentricidad, lejos de halagarle, será un motivo para añadir un reproche interminable, ella muestra lo más profundo de su ser y eso le parecerá un motivo suficiente para mantener esos dos poemas en el anonimato. No estoy de acuerdo, poemas como estos son los que se necesitan porque, buenos o malos, son un camino a la verdad; se me viene a la mente "El cartero de Neruda". Tengo que confesar que hoy necesito la poesía, esa que no es la mía ni la de los otros, esa que perece en la dictadura del lenguaje lógico, esa que nos emociona aunque el autor no sepa con precisión lo que ha dicho, citando a Lorca diría que sin sueño sueño su presencia.
Pero me reafirmo al confirmar las bondades de ambos poemas; he leído mediocridades e incluso malos poemas de su inspiración confesional. Así es, aunque ella defiende una frontera infranqueable entre lo público y lo privado. Yo, sin llegar a los límites de intimidad a los que ella llega, he enarbolado una bandera de patente de corso y he hablado, por desgracia, con frecuencia sin percibir la línea que separa una cosa de la otra.
Espero no ser juzgado con severidad por esta transgresión, no he querido llamar la atención solo expresarme después de muchos días en los que no sabía hacerlo. Marcando claramente las distancias, en mi contra por supuesto, diría que soy como Nadal, él no lucha por dinero porque le sobra, yo tampoco porque le soy esquivo a esa palabra, ya me habría gustado pagarme un traje con lo que escribo.
En cuanto a Ginsberg, puedo decir que ha llegado a mi alma para quedarse, no ha sido un flechazo, ya lo sentí con los primeros versículos del "Aullido" (no con el resto), no despertó en mí como Hölderlin o Bécquer ese deseo irreverente de llamar de alguna forma a lo que no puede tener nombre. Pero Ginsberg es un hombre de su tiempo; orgulloso homosexual cuando no existía la corrección política, hedonista, iconoclasta ¿Le habría perdonado su madre que aireara su miserable vida de ser vencido por la locura? Buscó nuestro poeta para expresarse la huella eterna de Walt Whitman, imposible es que buscara la profunda delicadeza del Poe gótico y atormentado.
Creo que ha pasado de vencedor humilde a hermoso vencido. Es lo que tiene eso de atravesar lesiones durante toda su carrera. No olvidemos esto último. Se ha dejado llevar por la costumbre, es lógico que pida un renacimiento a cada caída.
Vivir es aspirar el sabor de las moras salvajes de la niñez y todo lo que conlleva.
Creo que ha pasado de vencedor humilde a hermoso vencido. Es lo que tiene eso de atravesar lesiones durante toda su carrera. No olvidemos esto último. Se ha dejado llevar por la costumbre, es lógico que pida un renacimiento a cada caída.
Los años, incluso en nuestro tiempo, no perdonan. En ello encuentra nuestro tenista el mismo acicate (triunfal para el serbio) que Djokovic: Sus detractores hablan de dignidad, de saber plegar las velas a tiempo, cuando él piensa en saber luchar, como un héroe homérico que ha perdido su lanza, como un hondero ilota que combate en primera fila, contra las tempestades. Hemingway no habría hallado un personaje más acertado en busca de la sublimación de la belleza de la derrota, esa que creyendo que juegan con las cartas marcadas, le auguran los adivinos de lo probable. Yo no le pido nada a Rafael, aunque esta tarde jugara su último partido, acordémonos de Ford y su último combate, cuando el mejor director de cine muestra, a base de poesía, que han ganado los perdidos.
Me cae muy bien Djokovic, ahí está su palmarés que lo encumbra como el mejor tenista de la historia y aún le queda tiempo para engrandecerlo. Me río sanamente con sus payasadas, cada uno se enfrenta a la tensión como puede, con lo que tiene. La belleza y la elegancia de estilo de Federer son inigualables, pero el destino de Nadal y sus lesiones lo convierten en un mito más allá del deporte, de una sociedad que solo aprecia el triunfo.
Teniendo los políticos que tenemos, vamos a admitir que, en estas fechas, bajo el cielo de Madrid, es casi necesario hablar de un deportista que voló, (y aún vuela) muy alto como ser humano; nos apuntó en el calendario días que estaban destinados a pasar sin huella.
El tiempo nos dirá si ese chavalillo, destrozado por Indurain, no vuelve a llamarse Lance Armstrong (obviando su terrible caída). Lo vi, creo que en Miami, sin miedo a enfrentarse con un monstruo, y dejó golpes que serán recordados, cuando se gane un nombre. Algo prodigioso para su tierna edad y para muchos veteranos. Debe disminuir el número de errores no forzados. Por cierto, encuentro que muchos de estos errores no nos muestran con claridad la frontera.
Me gustaría que aclararas los por qué de esa indignidad. Creo que es una muestra absurda del cainismo machadiano. La España de nuestros días no se entiende sin los logros de Nadal, sin su humildad, y mira que esto último es difícil a poco que se asome la cabeza.
Pienso que dinero le sobra sin que tenga que mover un solo dedo. Ambiciona la gloria como hombre que es. ¿Qué hay de malo en ello? Quien busca la gloria no hace daño al hombre común sino que fortalece el sueño de lo que habría querido ser.
La gloria ya la tiene, tuteó con holgura al Djokovic y al Federer de sus grandes momentos. Digamos que se empeña en escribir algo digno en su epílogo. Lo normal sería que no añadiera nada. Pero cabe la posibilidad de que se retire con un triunfo sonado aunque sea a mitad de un gran torneo.
Los partidarios de Nadal no abundan entre los lectores comentaristas, supongo que sus partidarios no son tan militantes como sus detractores. Solo le falta un Master a su palmarés. Pero tiene más Copa Davis, cuando, efectivamente, lo eran, que Djokovic y Federer juntos, además es el único campeón olímpico individual de los tres (Federer también lo es en dobles, cómo él). No jugó alguna final de la Davis por las dichosas lesiones, no por reservarse, algo no muy dado en el panorama egoísta del deporte profesional.
Todos los caminos pasan por Roma y conducen a la ciudad de la luz. No merece despedirse de París sin un triunfo, eso sería traspasar una ronda. Sé que no me hará caso, y lo comprendo perfectamente. No estamos obligados a encontrar la verdad, pero sí a buscarla.
Después de horas comentando en El País, he tenido que refugiarme aquí para salvar los muebles de lo escrito, de repente me piden una identificación que ya tienen. Habré dicho algo que hiera la sensibilidad de los menores. Espero vuestra comprensión, si acaso, ahora abro un documento word y pego la información. No he podido salvar todas las reseñas, es una pena.
El Madrid perdió, en juego, por aplastamiento ante el mejor equipo del mundo, pero supo sufrir para imponer su destino; ha enriquecido la Champions (y su leyenda), la gane o no la gane este año. Cuidado con el Bayern, espero que el Madrid no juegue como ante el City. Por penaltis no siempre sale cara. Hace falta hacer un fútbol para reivindicar y justificar la presencia de Joselu.
Confieso que me alegro de que perdieran los ricos. Vamos a admitir que no se lo merecieron; seis palos en dos partidos. Pero,
finalmente, cómo en Manchester, David vuelve a vencer a Goliat.
Como madridista que soy, espero que el Madrid pase a la final, sí es así me gustaría que lo hiciera con humildad y respeto; los que merece un equipo que, aunque con ayuda de los dioses, es un dignísimo finalista. Vayamos paso a paso, hoy toca, ni más ni menos, el Bayern.
Dembélé fue el principal responsable de que su equipo llegara a la semi-final; no es poca cosa.
Creo que a Mbappé le esperan muchos días de gloria, a él y al Madrid, si es que acaba por llegar. Nunca se sabe si podremos contemplar el sueño de verlo vestido de blanco.
Creo que, a pesar de este fracaso individual y colectivo, Mbappé es, a día de hoy, el mejor jugador del mundo.
En cuanto a los poemas de Laura me gustaría que esta lo acogiera como una muestra de amor hacia su poesía. Su autenticidad, soy, en cierta forma, pessoiniano, me desarma. He perseguido al Pavese que ella me muestra en dos poemas, quizás haya sido un ejercicio de devoción, que no de fe, de su parte, pero creo, sinceramente, que me coloca el listón demasiado alto. Veo que solo tienen un comentario, el mío, aunque lleva varias lecturas. Me entristece un poco, mientras juega Nadal y, casi, no puedo verlo, me crea nerviosismo, es como quien juega con un jarrón de Sèvres o quien le pone los brazos a la Venus de Milo.
Pido disculpa por los más que probables errores y falta de coherencia narrativa, no puede ser de otra forma, dadas las circunstancias. Lo importante sigue siendo reivindicar a una poeta que no quiso seguir en Alaire, siendo este el mejor de los foros (debemos apartar de ello, a aquel que muestra una exigencia draconiana que hace que los aprendices se animen a descalificar un poema en verso libre porque tenga una rima). Descalificarían por completo a mi poeta adolescente.
Acabo de enterarme de que ha muerto Francisco Rico, la Literatura está de luto, llora Cervantes. A mí me aprobó con un 5, teniendo en cuenta que me enredó en la ruta de "El Quijote", lo di por muy bueno, yo me hubiera suspendido con toda razón. No era tan exigente como decían los alumnos. Recuerdo el día que, por la televisión, puso de imbécil a aquel que se presenta diciendo "Mi nombre es" en vez de decir "Me llamo".
No sé si está bien lo que he hecho. Mucho han cambiado las cosas desde que publicaste estos poemas en Alaire. Eres sincera cuando dices que no quieres que nadie lea tus poemas. Me corroe la culpa, en "Mi soledad" está el Pavese de "Lavorare stanca", en "No potevo" el poeta vencido de "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos". No tienes derecho a privar a la gente de dos poemas soberbios porque ya no son tuyos, están al alcance de las almas sensibles, como debe ser, las buenas obras no son de quienes las hacen sino de quienes las reciben y así será siempre, ante la excelencia no hay otra norma.
Pero ya ves, he vuelto a fallarte, como siempre, como si no existiera este donjuanismo infantil y ficticio que ha abierto una brecha entre nosotros. No te servirá que te diga que lo he hecho con la mejor de mis intenciones, aquí vendría Nietzsche para decirnos que el camino del Infierno está pavimentado con buenas intenciones. Soy culpable de intentar evitar que tu verso se quede en un diálogo contigo misma, pero sé que Kafka seguirá enfadado con el amigo a quien le pidió que destruyera una buena parte de su obra y no tuvo, por suerte, el coraje de hacerlo.
Ya sabes que te tengo miedo, que no puedo sostener la coherencia de tu discurso, que me veo acorralado por mis actos, que eso es, al fin y al cabo. nuestra justificación como personas. Me acuso de intentar despertarte, de creer firmemente que tus escritos desprovistos volitivamente de intelectualidad, logran una sentimentalidad sincera a la que apenas me acerco debido a mi pensamiento. Sé que lees Alaire a diario y que no hace falta que te confiese lo que he hecho; estoy aquí en la soledad de la desembocadura lorquiana, esperando tu comprensión ¿Por qué lo que te digo no puede llegar a los otros? Mozart en "Don Giovanni" da pistas inequívocas de su tensa relación con su padre y nadie piensa que era un traidor o que no lo quisiera, el arte no nos deja mucho camino a aquellos que carecemos de imaginación, cuando queremos utilizarla erramos, creamos situaciones ficticias, dudamos de nuestra valía, llenamos la luz de sombras. En fin, he querido darte algo valioso y sé qué he podido abrir paso a una nueva tormenta. ¿Pero dónde reside el valor inmenso de la "Carta al padre? ¿De decir lo correcto o hablar de lo que había sido con el miedo presidiendo cada conversación? No soy moderno, lo sé, siento un recelo enorme con la privacidad invadiendo lo público, porque así son las flores que sustentan tu enorme valía, tu coraje de querer a quien no lo merecía y era yo, desprovisto de mí mismo, mirando lo superfluo, cegando lo principal; eres una buena poeta, un hecho poco frecuente, y yo me permito decirte que ello no te pertenece, el poeta está obligado a entregarse a los otros, aunque no le escuchen, aunque acabe comprendiendo el pavor que un buen poema puede producir en una sociedad determinada, como la nuestra que ignora lo sagrado y adora los fetiches. Ya habrás observado que he dejado de escribir sobre Pasolini, era casi perfecto, pero su mayor defecto, esa querencia por los jovencitos con un rizo negro en la frente, es imperdonable, y aquí me veo, con tantas cosas que halagarle me siento paralizado, dejando una obra inacabada por las puntualizaciones que me hiciste, por el hecho de que podía ser pederasta y pedófilo al mismo tiempo (no pedía el carnet) y que lejos de torturarle lo justificaba. Ya ves tengo algunos poemas suyos entre los que más me gustan, aún espero que pueda acercarme a él como poeta, aunque sea lejos y tarde. Sería como decir que miento cuando digo la verdad, que no tendría un coche de lujo aun cuando pudiera permitírmelo, que no aspiro a ropa de diseño, que podría charlar con los vagabundos que duermen en los portales. No sabes lo solo que me deja esta caída de Pier Paolo.
Pero insistes en ver mal todo lo que hago, sé que no puedo atacar tu vanidad, ya que no la tienes, ni pedirte que no estés enamorada, porque tu vida es amor, pero ese amor te lleva, a veces, a tomar decisiones equivocadas. Insisto en que es una buena idea traer aquí este par de poemas tuyo, lo hago con el corazón, cuentas con mi admiración sincera. Admitiendo que he sido vanidoso y que, durante algunos momentos, no supe estar enamorado y escribía poemas de amor. Eres mejor que yo, no nos cabe la menor duda, pero eso no quiere decir que siempre esté equivocado. Entre tú y yo; me quedo contigo. Por eso he decidido seguir sin Pasolini en el recuerdo, espero tener fuerzas para resistirme al canto de las sirenas. Brel solo mintió en el "Ne me quitte pas". Su mujer conocía sus pasos ¿Por qué transigió con sus infidelidades? Solo ella lo sabe o ella sola lo sabe.
A la mujer del Baby-boom
Francisco Enrique León
A Merche, ni siquiera la tenía en mente cuando escribí este poema, yo sé bien en quién pensaba, pero sé las razones por las que se lo dedico y que la mujer que me sirvió de inspiración, por una vez, no va a sentirse molesta por que le dedique a otra algo que he escrito para ella y la Sofía Loren de "Una jornada particular". Merche murió hace unos meses apenas, yo me encontraba en Madrid y me sentí muy triste, y sin poder asistir al entierro. Ella quiso en estos últimos años que me convirtiera en el ángel guardián de su hijo, pero ya sabéis, crecemos y las alas se pierden en el camino. Algo que supe hace apenas unos días vino a añadir una cierta amargura a mi tristeza.
Para adecuarlo al poema quisiera trasladar esta dedicatoria a cuando nos conocimos, hace treinta y tantos años, ella vivía, como siempre, para su marido y sus hijos, y no quiso nunca salir de ese error.
No sonríes cuando piensas en el cuerpo hermoso
dibujado más lejos cada día,
confundido por la belleza que surge de la sinceridad herida
de una gacela que sufre
por el esfuerzo, el dolor, y por la entrega.
Difuminadas las ansias de amor bajo los árboles
y el perfume de colonia
de la tarde de verano que selló tu despedida
del viento, las cometas, de los cables, del sueño.
Vuelve aquel miedo al vacío
que sentías tras su marcha,
aquel deseo de subir a la azotea,
de mirar los pájaros y el suelo al mismo tiempo
con el impulso irracional
de intentar alzar el vuelo
o estrellarte.
Estás sintiendo su presencia en el silencio de la siesta,
los pasos de los niños que regresan de la playa,
la huida de la poesía hacia una imagen de Ford,
las voces de los muertos, y estás
amando sin saber si pueden tomar tu corazón
para mostrar la oscilación de sus latidos,
un suspiro
embargado en el mundo que se te fue alejando
envía sus destellos como una estrella sin vida,
con aquellos sabores y aquellas plantas
que lloran en el exilio
de tu memoria enamorada de un artista adolescente,
con aquella gente que murió y no lo sabe,
con aquellos cines que cerraron, y se quedaron con tus besos
y esta sensación tan cierta
de que tienes que luchar forzadamente
para esbozar la sonrisa que antes te brotaba sin pensarlo,
y no sabes que serás siempre hermosa,
una muchacha deliciosa de cincuenta años
porque tu alma siempre estuvo
por encima de la cabeza.
***
cuando vivir era un pecado,
un cilicio sujeto a la ceniza posada en tu frente,
el estigma de un amor que nunca abandonó
las pulsaciones nerviosas de tu pecho
ni el bálsamo de luz que me turbaba en tu mirada.
(Playa de la Almadraba - Fragmento)
Sombras de la Bahía Sur
Esas desconocidas gigantes
que no hay libro que las aguante.
(Silvio Rodríguez)
¿Y si Dios, cómo creen muchos andaluces, fuera mujer?
Esas desconocidas gigantes
que no hay libro que las aguante.
(Silvio Rodríguez)
Entre los hombres importantes. Kafka, Chaplin ( éste solo hasta cierto punto judío, como Paul Newman), Hamelín, admiro a los judíos, Phil Ochs, Leonard Cohen, Robert Zimmerman... sigo admirándolos aunque cuando aparece la religión lo hace de una forma original y confusa, La obra maestra de Phil es Crucifixión. El hombre o la mujer que se esconde detrás del Lazarillo, probablemente, era converso.
Pero eso no quita que los judíos (con ayuda desinteresada del gigante del Norte) hayan levantado un muro que nos separa de los musulmanes que hace que estos se sumerjan aún más en una Tradición que provoca que la mujer no tenga derecho a nada, excepto a llorar, y no me refiero al de las lamentaciones, sino al de la tragedia. Yo pediría una oración, como escritor amateur sin compensar que soy, a los que piensan que los británicos deberían devolver, como en el Seis Naciones, Irlanda a los irlandeses, y los judíos Palestina a sus legítimos propietarios. Me siento más cercano, culturalmente, a los judíos, empezando por Baruch Spinosa , que de los musulmanes, pero es lo que pienso.
He querido arrancar de la calle vacía
el dolor de tus ojos, la llaga de la voz
de un pañuelo perdido y solitario
que agita para siempre los silencios,
mientras vuelvo a la duda
que estremece una imagen
terrible y asfixiante que penetra en mi olvido.
Me arrastro en las estrellas
que lloran a lo lejos
para hablar con la muerte que respira en mi sangre,
para volver sin pausa y sin memoria
a tus pasos perdidos que vibran en la noche
tierna de la caricia arrebatada
que espera regresar entre las azucenas
que llevaste en un cesto desgajado
al rumor de la barca remota de los muelles,
a la cumbre del aire que su pena supura.
En los vanos sombríos de la iglesia ruinosa
escucho tu lamento extenso y calcinado
para resucitar en mi pecho anhelante,
en mi mirada ardiente
la gracia de tu rostro, la luz de tu sonrisa
y el lento suspirar que anidaba en tu boca
y brilla para siempre entre los muertos.
(Brel en la Escuela de Comercio)
La nostalgia sólo existe en la conciencia de quienes se sienten atrapados por sus recuerdos.
(Fassbinder)
de Fassbinder viviendo la angustia de un esquema
en tu letra temblando sobre un pájaro herido,
(Nocturno de Las Huertas)
Uno no debe sentirse encadenado a lo que ha escrito si nunca lo ha sentido, si pertenece al muestrario de sus equivocaciones más sentidas y atormentadas. Es posible que yo sea un escapista que nunca encuentra el mar que siente cerca y nunca llega, y tú seas una musa y una creadora, hablas de un mundo en expansión con pocas palabras, palabras de todos los días que nos representan un momento único que has vivido siempre y nos entregas. He sabido arrancar lo mejor de ti enfrentado a ti misma, rendido a la magia permanente de unos pocos poemas. Quizás pienses que te hablo de lo que no quieres escuchar y te equivocas, lo importante es que puedo contemplar muy adentro el alma de una poeta, transita por su dolor como si no fuera mío, como si nunca me hubiera castigado más allá de lo que siento. Ya no puedes tener el control sobre lo que escribiste, nunca podrás saber lo que me duele tu dolor cada vez que contemplo tu palacio en ruinas.
Francisco Enrique León.
¿Qué me queda, ahora, Dios mío,
de ese lento corazón que te buscaba?
*** *** *** ***
(Léon Pasternak)
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