viernes, 16 de octubre de 2020

Vuelvo al patio romano

 Vuelvo al patio romano (8 de mayo)


Que me gusta enfangarme
porque el barro
es materia pobre y casi pura,
porque amo tu luz solo si no me ofrece esperanza.

(Pasolini - Análisis tardío V. F. E, L. 21 de octubre de 2020)


Vuelvo al tiempo de los besos
acorralados,
de los sueños erguidos en el parque de plata
que ya no nos espera,
al laurel de la India que nunca se marchita,
a los bancos de piedra que ya no son los mismos;
no recogen la firma de tu mano nerviosa
pergeñando los vuelos profundos de una rima.

Vuelvo al patio romano
como si quisiera gritarle a la rosa
que ya no será nunca temprana
cuánto te quería
en los recovecos de los jardines de las murallas,
en el pequeño foso del suicida
que aún guarda los calvarios brunos de nuestra nube
en el velo del mar que atravesaba
la pulpa del naranjo que oscurece
en el paseo crepuscular de Independencia,
y me estremezco
como si quisiera abrazarte de nuevo
en los surcos nostálgicos del agua
que se adentra en la noche de las incomprensiones,
de las barcas perseguidas
que gimen en el aria de tu arena
como una sirena que ha renunciado al canto
y horada con los ojos la amargura de sus piernas
entre los espigones derruidos por el salitre y su silencio
donde la luna araña al mediodía
tu sombra sobre la tierra del olvido,
el corazón sediento que aún rememora la caricia
del clavel caprichoso que tuviste en la boca.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.