lunes, 2 de diciembre de 2019

Pierrot apasionado


Te escribiré  mi deseo en un pétalo marchito
 cuando se apague el resplandor 
de la antigua ventana
y vuelva la soledad de la memoria en la brisa,
cuando aparezca en tu cuaderno
la proclama que hierve en el rostro de un profeta
abandonado en una playa,
el paso de los amantes que fuimos
y envuelven en una queja el canto de las farolas
acogiendo en un discurso los nocturnos de los huecos,
 una mirada oscura que nos busca en los escombros
 de un pierrot triste y apasionado, 
de un mártir que se emociona con el recuerdo de tu voz,
con el lamento del llanto de guitarra que te busca.


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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.