domingo, 11 de diciembre de 2011

Eres

A Alejandro B. Toledo


Tienes en la cabeza aquel aire de amor
que aún palpita en mi pecho,
eres de la quietud que no arrastró el olvido
y acoges tibiamente la última elegancia.

Todas tus cosas saben a primavera antigua
cuando cruzan por las calles
amarillas de Abyla,
más vivas que el presente,
más raudas que la luz.

Eres el horizonte que alienta cada búsqueda.

4 comentarios:

  1. Me gusta mucho este poema Enrique. Tienes unos versos precisosos, bien podía estar dedicados a una mujer, pero ya veo que es para Alejandro, que no se quien es.
    ¿Es algún poeta?.
    Me encantan estos:
    Todas tus cosas saben a primavera antigua.
    Eres el horizonte que alienta cada búsqueda.
    Y el comienzo me encanta también.
    Me ha resultado muy dulce.
    Un placer leerte así.
    Un abrazo.

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  2. Elda, es mi abuelo, un hombre muy bueno, que tuvo que aguantar al pequeño impertinente con una paciencia de santo. Él me inculcó una visión panorámica de la cultura, y mi tío, su hijo, me metió el veneno del cine, cuando aún no sabía hablar, tardé mucho, no sabían los demás lo que les esperaba. (Yo no me acuerdo de nada)

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  3. Unos versos muy dulces hacia ese ser querido que recuerdas con tanto cariño y amor. El poema destila mucho sentimiento y ternura, especialmente estos versos "Tienes en la cabeza aquel aire de amor que aún palpita en mi pecho " "Eres el horizonte que alienta cada búsqueda ", aunque todo él está lleno de encanto y añoranza.

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  4. Me has acostumbrado mal, Beatriz, sólo puedo agradecerte, cuando verdaderamente no me queda mucho más que mostrar, que hayas tenido esta dedicación tan constante y delicada hacia lo que he escrito. Tus numerosos comentarios, siempre interesantes, han ayudado a enriquecer este espacio y a que seas para mí una persona cercana a pesar de que sólo te conozca por tu nombre y lo que escribes.
    Por supuesto que estoy encantado con que te haya gustado este pequeño poema dedicado a mi abuelo y con volverte a dar las gracias.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.