Ahora
me das miedo de verdad,
porque
estás de verdad cerca, incluida
en
mi estado de rabia, de oscura
hambre,
de ansia casi de creatura nueva.
(Pier
Paolo Pasolini – Fragmento de la muerte)
(Traducción – Delfina Muschietti)
Te marchaste una tarde,
como tantas otras veces
sentí
la frustración de quien no hace nada
por
detener la aurora y el pensamiento firme
de un llanto en la ventana del recuerdo
más querido y hermoso, más entrañable y cálido
con la fragilidad apasionada
de un llanto en la ventana del recuerdo
más querido y hermoso, más entrañable y cálido
con la fragilidad apasionada
de quien no puede vencer a las garras del destino
que arañan los espejos y rompen la esperanza.
que arañan los espejos y rompen la esperanza.
Han
pasado las lunas y aún te estoy esperando,
tanto
tiempo contigo y no sé cómo llamarte
en
esta soledad de hielo desangrado que te busca
en
los caminos del mar, en la Piedra del Pineo
con su rumor de barca sin nombre a la deriva.
con su rumor de barca sin nombre a la deriva.
En
el corazón de sombras que regresa a la calle
desconsolada
por tu ausencia,
cegada por tu destello,
cegada por tu destello,
en
los arbustos del jardín cubierto de cenizas
y
azucenas
he
querido abrazarte, ofrecerte las ruinas
del
muchacho perdido que acarició tu huella
y
la memoria intacta de los altos edificios
que
levantaron el vuelo de un amor
con las alas partidas por el silencio y la noche
con las alas partidas por el silencio y la noche
que
vuelve del olvido y se arrincona en el misterio,
añora el hambre oscura del sueño de la vida
y destierra la luz de los ojos de la muerte.
añora el hambre oscura del sueño de la vida
y destierra la luz de los ojos de la muerte.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.