Al
recordar tu nombre, al vestirme de abril
anochecido,
he
vuelto a caminar por la playa desierta,
a
esperar en la orilla que suba la marea,
como
los painicos que al final del verano
caían
sobre la arena tristes como sus alas,
mi
alma volotea torpe en la resaca,
sin
fuerzas, sin amor, sin verso que te nombre.
No
ha podido volver al sueño de la vida
como
estas aves negras que desafían las olas
que
ha tiempo que eligieron otras playas oscuras
para
dejar su vuelo entre el aire y el agua.
Painicos: Pequeña ave marina casi totalmente negra, con una
envergadura unas tres veces menor que la gaviota.
Volotear: Localismo ya en desuso, se
utilizaba por “revolotear” en los barrios pescadores.
Playas oscuras: En mi ciudad las playas suelen estar llenas de luz, no
así en algunos días que nos visitaban estas aves, con levante y cubiertos de
nubes. Pero quise referirme al hecho de que eran playas de arena gris y gruesa,
mucho menos molesta que la amarilla para sacudírtela.